por
Susana
Bidolsky
DEFINICIÓN
Término que designa un tipo de
identificación narcisista forjado en el marco de los desarrollos poskleinianos. La
identificación adhesiva se relaciona con los fenómenos de imitación que toman en consideración elementos formales y superficiales de los objetos. El funcionamiento mental opera allí en la
bidimensionalidad (Meltzer, 1979).
1) Se relaciona con dificultades en la constitución de la fantasía de un espacio interno o mental, y de su equivalente en los objetos, que carecerían así de interioridad.
2) Se relaciona con la construcción de un objeto continente de las distintas experiencias con un objeto, registrado sensorialmente, tomándose como modelo las experiencias de la piel tanto en su función de registro como de límite.
3) Se relaciona tanto con un momento en la constitución psíquica del espacio interno (dimensión evolutiva) como con una modalidad defensiva ante estados de desmembramiento (ansiedades catastróficas) o desmantelamiento pasivo ante el fracaso de la función continente del objeto.
4) Se refiere a las experiencias de pasaje del plano senso-perceptivo (biológico) al psicológico. La
identificación adhesiva se ubica en el origen del funcionamiento mental y en la construcción de la organización narcisista.
ORIGEN DEL CONCEPTO
Según D. Meltzer (1974) el proceso de
identificación adhesiva fue trabajado separadamente por él y por
Esther Bick a partir de 1960.
Bick trabajaba en la
observación de lactantes y con niños psicóticos, en tanto que Meltzer
lo hacía con niños autistas.
Estos trabajos los llevaron a desarrollar la hipótesis de que, antes de la disociación propia de la
posición esquizo-paranoide descripta por Melanie Klein o simultáneamente con ella, era necesaria la identificación con un objeto continente que mantuviera unidas las distintas experiencias del
self. La identificación con esa función de contención permitiría los posteriores procesos de integración. Para
Bick (1968) ésta sería la función primaria de la piel y de los objetos primitivos en la etapa en que no hay aún diferenciación entre los aspectos primitivos de la personalidad y las partes del cuerpo.
La
identificación adhesiva haría frente a las ansiedades catastróficas, más primitivas que las persecutorias y depresivas descriptas por Klein.
DESARROLLO DEL CONCEPTO
Los desarrollos de Bick
y Meltzer se centraron en las experiencias propias de las primeras semanas de vida posnatal. En esa línea, entroncan con los trabajos de M.
Mahler con niños normales y psicóticos. Esta autora postula una etapa de autismo normal que también es retomada por Francis Tustin
(1987) en sus trabajos sobre autismo y psicosis en los niños:
"[...] las habilidades adquiridas con 'objetos-sensación' que no han sido reconocidos como separados del cuerpo sirven de ayuda en el uso posterior de objetos que son reconocidos como
'no-yo'. Su función es sostener al niño en las adaptaciones necesarias en el estadio en que los objetos
'no-yo' van apareciendo". Este estadio en que la madre es aún "experimentada como un
'objeto-sensación', ha sido denominado autismo primario normal".
En relación con este
estadio Mahler (1977) dice: "Conceptualizando metafóricamente el estado del sensorio, hemos aplicado a las primeras semanas de vida el término autismo normal, pues en este estadio el infante parece hallarse en una situación de desorientación alucinatoria primitiva, en la cual la satisfacción de necesidades perece pertenecer a su propia órbita
' incondicionada', omnipotente y autística". En esta fase, los "aparatos de autonomía primaria obedecen a las reglas de la organización cenestésica del sistema nervioso central: la reacción a cualquier estímulo que sobrepase el umbral de recepción es global, difusa, sincrética". Basándose en estas ideas, José Bleger (1978) formuló la hipótesis de una posición glischro-cárica anterior a la esquizo-paranoide kleiniana, que poseería estas características de sincretismo.
En ella describe un objeto característico que llamó "objeto aglutinado".
Bick identifica esa primera etapa con lo que llamó "posición adhesiva" a la manera de las posiciones kleinianas esquizo-paranoide y depresiva, a la que regresaríamos cada vez que
atravesáramos una etapa crítica en nuestra vida. Esta regresión actualizaría fenómenos de "pegarse" y "adherirse". Diferencia estas experiencias de las de "ser tenido en el interior de la madre" propio de las fantasías ligadas a la operatoria de la identificación proyectiva, correlativas de la existencia de una interioridad tanto del objeto como del sí mismo. Los fenómenos de adhesividad estarían más acá de la constitución de una "piel psíquica". Es interesante la idea de que puede transitoriamente volverse a esas experiencias de indiferenciación
aun en pacientes neuróticos que, al decir de Tustin, conservan "bolsillos de autismo", que es necesario alcanzar en los tratamientos psicoanalíticos para asegurar su equilibrio psíquico.
De las investigaciones llevadas a cabo en niños autistas deriva la concepción de una "identidad adhesiva" que sería prevalente en el autismo infantil patológico, pero que en el desarrollo normal alternaría con otro tipo de identificaciones tanto proyectivas como introyectivas recuperables transferencialmente (Bick,
Meltzer).
En sus estudios sobre autismo, Meltzer describe una organización narcisista de la personalidad que funciona con una construcción psíquica bidimensional del espacio y una noción circular del tiempo. En ese modo de organizar el mundo opera la
identificación adhesiva.
Las teorizaciones de Bick
y Meltzer se fundamentan en ideas bionianas acerca de un funcionamiento protomental en el que no operan investiduras sino tropismos positivos o negativos al modo del orden biológico.
Bion se refirió a ello como Grupo de Supuesto Básico, del cual describió tres. La
identificación adhesiva estaría vinculada al Supuesto Básico de Dependencia. Cabe aclarar que
identificación adhesiva no es un término utilizado por Bion.
También D. Anzieu (1986) hizo referencia a los mismos fenómenos clínicos en sus trabajos sobre "el Yo-piel".
Sin embargo, no podemos cerrar esta reseña sin señalar que se trata de un concepto que tendría su referencia primera en la concepción freudiana del
yo como proyección de una superficie, ligada entonces a la constitución misma de una representación cerrada de "sí mismo". "El
yo es ante todo un yo corporal, no es solamente un ser de superficie, sino que él mismo es la proyección de una
superficie. [...] El yo deriva, en último término, de sensaciones corporales, principalmente de las que se originan en la superficie del
cuerpo" (Freud, 1923). Recordemos que el primer tiempo de la constitución psíquica se refiere a la apertura de las zonas erógenas, zonas de intercambio con el objeto, tiempo del autoerotismo, en que no hay diferenciación entre el yo y el no-yo. Ese "nuevo acto psíquico" que establece una continuidad entre las distintas zonas erógenas determinadas biológicamente,
¿sería la identificación adhesiva?
BIBLIOGRAFÍA
Anzieu,
D.: Le Moi-peau, París, Dunod, 1986.
Bick,
E.: "The experience of the skin in early object relations", International
Journal of Psychoanalysis, 1968.
Bion, W.: Recherches sur les petits
groups, París.
PUF, 1965.
Bleger, J.: Simbiosis y ambigüedad,
Buenos Aires, Paidós, 1978.
Freud, S.: El yo y el ello, A. E.,
tomo XIX, Buenos Aires, Amorrortu, 1976.
Haag, G.: "Identification Adhesive, Identite
Adhesive, Adhesivite",
Hinshelwood, R. D.: Diccionario del pensamiento
kleiniano, Buenos Aires, Amorrortu, 1992.
Laplanche, J. y Pontalis, J.-B.: Diccionario de
psicoanálisis, Barcelona, Labor, 1981.
Mahler, M. y otros: El nacimiento psicológico del infante humano, Buenos Aires,
Maynar, 1977.
Meltzer, D.: "Identificación
Adhesiva", en D. Meltzer y otros, Exploración del autismo,
Buenos Aires, Paidós, 1979.
Tustin, F.: Estados autísticos en los
niños, Buenos Aires, Paidós, 1987.