ASOCIACIÓN
ESCUELA ARGENTINA DE PSICOTERAPIA PARA GRADUADOS
Revista "Psicoanálisis: ayer y hoy"- Nº2
Transicionalidad
por Silvio Zirlinger
DEFINICIÓN: La transicionalidad es una
modalidad de funcionamiento psíquico que constituye los fenómenos, el espacio y
los objetos transicionales.
El espacio transicional
es virtual, se abre entre la subjetividad del infante y el reconocimiento del
mundo exterior. Los fenómenos transicionales son generadores de ese espacio
potencial de experiencia y acaecen en él. Son fenómenos de características
ilusorias que, partiendo de una indistinción entre lo subjetivo y lo que es
exterior al sujeto, deviene en ámbitos y procesamientos distinguibles y
relacionables.
El objeto transicional
es un objeto material del entorno, por lo general blando, que el bebé elige y
usa dentro del área intermedia de experiencia. Posee características paradójicas,
pues aunque tiene materialidad, para el sujeto no proviene del exterior ni del
interior.
Con la emergencia de la
transicionalidad se va produciendo el nacimiento y despliegue de tres espacios
de experiencia: el potencial, el interno y el externo.
Según el Diccionario
Enciclopédico Abreviado Espasa-Calpe, "Transición es la acción y
efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto. Deriva del latín transitio".
UBICANDO LA
TRANSICIONALIDAD
En 1951, Winnicott escribe
Objetos y fenómenos transicionales. Estudio de la primera posesión no-yo
(1), y lo amplía en su artículo "Objetos transicionales y fenómenos
transicionales" (2). Gran parte de lo escrito en su libro Realidad y
juego (1968- 1971), al que pertenece la ampliación hecha, gira en torno al
eje de la transicionalidad.
Aunque el término
"transicional" aparece en escritos de Fairbairn en 1952 –en el
marco de sus propios estudios–, Winnicott le da su sello propio y original.
En 1945, en
"Desarrollo emocional primitivo" (3) se prefigura la noción de
transicionalidad.
Según la concepción de
Winnicott, el ser humano tiene la posibilidad de transitar desde la dependencia
absoluta del medio ambiente a una independencia relativa, desde la subjetividad
total no organizada a un mundo compartido. Esto implica que en el recorrido se
deberá aceptar la existencia de un mundo que no sea el propio yo, es decir, el
mundo no-yo.
Winnicott se formula
algunas preguntas centrales: ¿qué tipo de vinculación establecerá el sujeto en
el tiempo entre la subjetividad y el mundo externo, entre la fantasía y la
realidad?, ¿cómo transcurre el hiato entre la subjetividad y la objetividad?
Su hipótesis es que lo
hace a través de la constitución de un tercer espacio virtual, un área
intermedia de experiencia, en la que concurren participativamente tanto la
realidad interna como la externa. Es un espacio ilusorio, el espacio
transicional. "Zona intermedia entre la realidad interna del individuo y
la realidad compartida del mundo que es exterior a los individuos." (4)
Winnicott describió que el
bebé, en los estadios tempranos del desarrollo humano, se vincula con el mundo
externo a partir de sí mismo, de sus propios gestos, de su creatividad
primaria, siempre y cuando sea sostenido por el otro en una relación de
dependencia que el sujeto ignora, de tal forma que lo exime de reconocer o de
negar la situación de dependencia.
El tipo de vinculación que
establece desde la subjetividad, que Winnicott la denominó "ilusión",
le permite generar una continuidad entre sus propios gestos y el objeto
externo.
Winnicott dice: "La
fantasía es más primaria que la realidad, y el enriquecimiento de la fantasía
con las riquezas del mundo depende de la experiencia de la ilusión." (5)
Winnicott denominó
"fenómenos y objetos transicionales" a los procesamientos psíquicos y
a los objetos propios del área de ilusión, nombrando, entre ellos, a "un
puñado de lana o la punta de un edredón, o una palabra o melodía, o una
modalidad". (6) La pauta de los mismos comienza a aparecer entre los cuatro
y los seis meses de vida y pueden persistir durante la niñez.
El aporte de funciones que
ocurren por la adaptación de la madre a las necesidades del self del
bebé posibilitan el espacio de ilusión del niño, zona virtual que se produce
por una situación paradójica estructurante del psiquismo en la que el niño crea
lo que ya esta ahí.
Winnicott dice:
"Cuando su adaptación [la de la madre] a las necesidades del bebé es lo
bastante buena, produce en éste [en el niño] la ilusión de que existe una
realidad exterior que corresponde a su propia capacidad de crear. En otras
palabras, hay una superposición entre lo que la madre proporciona y lo que el
bebé puede concebir al respecto. Para el observador, éste percibe lo que la
madre le presenta, pero eso no es todo. Sólo percibe el pecho en la medida en
que es posible crear uno en ese momento y lugar. No hay intercambio entre él y
la madre. En términos psicológicos, el bebé se alimenta de un pecho que es
parte de él, y la madre da leche a un bebé que forma parte de ella".(7)
Para Winnicott, la
actividad psíquica se gesta por la derivación y la complejización de esa
experiencia de encuentro primero. Dispar encuentro entre la capacidad simbólica
del otro significativo y la indistinción sujeto-otro de las necesidades de
dependencia del bebé.
La experiencia paradójica
de la transicionalidad, soporte de las primeras actividades psiquicas, se apoya
justamente sobre ese encuentro entre las potencialidades heredadas del bebé y
la psique materna, superposición de registros de realidades disímiles que debe
ser tolerada, pues las totalidades indivisibles escapan a las explicaciones
fragmentarias. Esa totalidad indivisible que es la unidad madre-bebé llevó a
Winnicott a formular que nunca había visto un bebé.
"En el punto de apoyo
del origen mítico, el sujeto es una clase de un miembro, la de la configuración
de unidad total infante-medio ambiente, y a partir de aquí podrá llegar a ser
miembro de una clase, es decir, individuo en una trama vincular. La paradoja proporciona
un metanivel que no debe cuestionarse, pues este anclaje aprisionante es
fundante del psiquismo. Posibilita una libertad de alternativas en un nivel,
con la aceptación de una de ellas determinada, en un metanivel, como por
ejemplo el sostén por parte del otro." (8)
La paradoja que rodea y
sostiene al bebé, estructurante del psiquismo y no patógena, implica que el
objeto es a la vez creado subjetivamente por el bebé y encontrado objetivamente
por él. El objeto transicional es el símbolo de la unión de estos dos puntos de
vista en apariencia contradictorios.
El espacio transicional es
como un puente que genera, une y separa a la vez el interior y el exterior del
sujeto, y sólo importa lo que transita, se intercambia y transforma en él.
"Por parte del otro
significativo, la función de sostener la paradoja de lo creado-percibido es
heurística, fundante y provoca los efectos de los trucos de un ilusionista,
pues para vislumbrarlos es necesario conectar-desconectar lo subjetivo y lo
objetivo en una relación simultánea y coextensiva." (8)
"El objeto
transicional representa la capacidad de la madre para presentar el mundo de
manera tal que el niño no tenga que saber al comienzo que dicho objeto es
creado por él." (9)
El niño crea algo que se
le presenta al estilo de un sueño, ignorando la proveniencia del mismo.
Podríamos decir que la
realidad externa se vislumbra porque se la sueña. Winnicott dice: "Es
interesante examinar la relación que, con los objetos, tiene el individuo con
el mundo autocreado de la fantasía". (10)
Curiosamente, para que
algo devenga real tiene que partir de una ilusión. Si lo real es presentado sin
la cobertura ilusoria, adquiere una cualidad fáctica, ajena al sujeto.
El concepto de ilusión es
utilizado por Winnicott en el sentido de la superposición plausible de lo
deseado y lo real de manera asumible y tolerable para el sujeto, no así en la
dirección de engaño o delirio.
Por lo tanto, la sustancia
con la que se construye el encuentro es la de la ilusión, por eso Winnicott
dice: "La experiencia es un tráfico constante en ilusión, un reiterado
acceso a la interacción entre la creatividad y lo que el mundo tiene para
ofrecernos". (11)
Por lo expuesto hasta
ahora, podemos sostener que el psiquismo no se autoengendra, como tampoco es
impreso desde el exterior, sino que se genera en el vinculante encuentro entre
los potenciales heredados del sujeto y la subjetividad de los otros
significativos del medio ambiente. Cada sujeto construye su tramado singular a
partir de la vincularidad ilimitada del ámbito creativo.
Acerca de este encuentro
donde se genera el objeto transicional, Winnicott escribe: "Puede decirse
que se trata de un convenio entre nosotros y el bebé, en el sentido de que
nunca le formularemos la pregunta: ¿Concebiste esto, o te fue presentado desde
afuera?". (12)
Pelento dice al respecto:
"Este acuerdo, este convenio que implica algo del orden de lo simbólico
(aunque el objeto transicional es pre-simbólico) va a indicar cierta dirección
en la clínica: el analista debe aceptar la paradoja sin forzar al paciente a
que corrija representaciones cuando no concuerdan con la realidad. Las así
llamadas 'confrontaciones' no se deben formular". (13)
ESPECIFICIDAD DEL
OBJETO TRANSICIONAL
Entonces, los fenómenos
transicionales transcurren en un espacio dentro del cual se puede hallar el
objeto transicional.
Winnicott jerarquiza que
es un objeto transicional por estar en el ámbito ilusorio, de ahí que dice:
"Es claro que lo transicional no es el objeto. Este representa la
transición del bebé de un estado en que se encuentra fusionado a la madre a uno
de relación con ella como algo exterior y separado".(14)
El objeto transicional es
la primera posesión no-yo del infante. Desde el punto de vista objetivo es un
objeto no-yo y, desde la perspectiva subjetiva, el objeto transicional es una
superposición yo/no-yo. Desde esta última óptica podemos considerar que no es
ni externo ni interno, aunque tiene materialidad.
No es un objeto de la
pulsión, no es natural ni es un objeto interno.
El objeto transicional,
que no se interioriza, indica que se inicia un vínculo con el mundo exterior,
aceptable y elegido por el propio self; siendo el punto de partida de
una capacidad para animar el mundo, crearlo-encontrarlo viviente y real.
Se constituye por pura
elección del bebé, estableciendo con él una relación estrecha, irreemplazable
(en el sentido de que tiene que ser ese objeto y no otro) y singular,
principalmente en momentos de incremento de angustias de separación de los
objetos significativos como las despedidas nocturnas, los traslados, las
amenazas de depresión, etcétera.
Funciona por lo que hace
ahí, por su valor de realidad y no por lo que significa, aunque represente a la
vez la ausencia y la presencia del objeto. No es un sustituto simbólico, aunque
sin él no se produce el espacio en el que surgirá el símbolo.
Winnicott manifiesta que
el objeto transicional puede aludir al pecho o a las heces pero le interesa
puntualizar que, no siendo un sustituto del objeto significativo, su añadidura
modifica al psiquismo, de tal forma que al agregar cualidades permite que
aparezcan nuevos sentidos.
El objeto transicional
soporta dos formas de procesar: la subjetiva, según el principio de placer y el
juicio de atribución, y la objetiva, según el principio de realidad y el juicio
de existencia.
Al objeto transicional no
se lo complace, sino que se lo utiliza y finalmente se lo deja. Winnicott se
refiere al modo en que se lo abandona, al destino final del mismo, diciendo que
no se lo olvida ni se hace un duelo por él, sólo se lo relega a un limbo. La
pérdida de sentido es porque los fenómenos transicionales se han extendido a
todo el territorio intermedio existente entre la realidad interior y la
realidad exterior.
En el espacio abierto por
el objeto transicional surge el juego, la creación y la experiencia cultural.
Pelento dice: "En la
teoría de Winnicott cada objeto da lugar a la inauguración de un espacio: el
objeto subjetivo inaugura el espacio del mundo interno; la madre como real e
independiente del bebé inaugura el espacio de la realidad compartida, el objeto
transicional inaugura el espacio de la creatividad". (13)
RECORRIDOS DE LA
TRANSICIONALIDAD
La actividad psíquica
discriminada de la madre suficientemente buena es una función que posibilita
restañar la separación sobrevenida en el parto, de forma tal que esta gestación
extrauterina virtual producida por la adaptación total a las necesidades del
bebé es necesaria para la constitución psíquica de sujeto.
En la virtualidad del
espacio potencial se transforma la indistinción inicial con el otro en la
diferenciación del mismo, proporcionando un puente entre el mundo interno y el
externo, adquiriendo el infante, por lo tanto, "la capacidad de aceptar
diferencias y semejanzas". (15)
Considerando que el objeto
transicional es un eslabón entre la indiferenciación y la diferenciación con el
otro, podemos decir que toma la posta entre ellas, representando la unión
inicial, simbolizando la unión en el primer momento de separación.
En la obra de Winnicott
está jerarquizada la idea de fenómenos no lineales, vinculares, en el que
entran en juego funciones que dan lugar a procesos. Pienso que con el uso que
hace Winnicott de la noción de función (que permite correspondencia entre
variables), da albergue a que lo aleatorio se integre al sistema, siempre y
cuando siga teniendo sentido aplicar la misma función sobre la nueva variable.
El azar aumenta la complejidad del sistema. Dentro del mundo winnicottiano la
firme regularidad del game se diferencia de la complejidad creativa del
juego.
Cuando incluyó la paradoja
como estructurante del psiquismo, conmovió profundamente concepciones
deterministas. La paradoja tiene que ver, como lo postula Pelento, con teoría
de los espacios y niveles vinculares, y no con teoría pulsional. En una
conferencia pronunciada en 1970, Winnicott dijo: "Si pensamos que el niño
va camino a la objetividad, la naturaleza le posibilita una posición
intermedia, como lo muestran claramente los casos en que un bebé emplea un
objeto transicional. La naturaleza lo posibilita, pero nosotros debemos
proveérsela. Un objeto tal hace las veces del bebé y de la madre al mismo
tiempo. En ambos no es ni uno ni la otra. De este modo la vida es una pirámide
invertida, y el punto en el cual se apoya la pirámide invertida es una
paradoja". (16) (17)
Los fenómenos
transicionales permiten la apertura de la fase de inquietud o de
responsabilidad, como prefería denominar a la posición depresiva.
Se puede considerar que el
estado de ilusión permite crear-concebir el mundo, y el de desilusión
percibirlo-encontrarlo.
El uso de un objeto
transicional indica que se ha iniciado el trayecto de vinculación con el mundo
externo que sea aceptable por el propio self, y que el individuo está
personalmente presente, que la experiencia le es real.
Si la distancia entre lo
concebido-creado y lo percibido-encontrado es superior a la capacidad
elaborativa del infante, se produce una situación patogénica, alterándose la
constitución de los procesos transicionales y perturbándose, por lo tanto, la
construcción representativa de la unión inicial sujeto-otro.
"Si la madre se
ausenta por un lapso superior a determinado limite medido en minutos, horas o
días, se disipa el recuerdo de la representación interna. Cuando ello se produce,
los fenómenos transicionales se vuelven poco a poco carentes de sentido y el
bebé no puede experimentarlos. Presenciamos entonces la descarga del objeto.
Antes de la pérdida vemos a veces la exageración del empleo del objeto
transicional como parte de la negación de que exista el peligro de desaparición
de su sentido". (18)
La iniciativa de alejarse
del estado de no diferenciación o de fusión debe ser del niño, posibilitada por
la madre, pues si ésta lo hace de manera inadecuada expone al infante a una situación
traumática.
La distorsión del campo
ilusorio produce un uso perturbado de los fenómenos transicionales, ya que
cambia la dirección del uso de lo que sería un objeto transicional, en lugar de
la creación centrífuga se dirigiría a desestimar, falsear o incluso a sustituir
la realidad externa.
Una difusa frontera separa
el empleo positivo del negativo de ese objeto, pues la perturbación en la
constitución del mismo abarca al "fetichismo, la mentira y el hurto, el
origen y desaparición del sentimiento tierno, la drogadicción, el talismán de
los rituales obsesivos, etcétera". (19)
Escribe Winnicott:
"Si deprivamos a un niño de los objetos transicionales y perturbamos los
fenómenos transicionales establecidos, le queda sólo una salida, una división
de su personalidad, en la que una mitad se relaciona con un mundo subjetivo y
la otra reacciona sobre la base del sometimiento frente al mundo. Cuando se
establece esta división y se destruyen los puentes entre lo subjetivo y lo
objetivo, o bien cuando estos nunca fueron muy estables, el niño es incapaz de
funcionar como un ser humano total". (20)
La suspensión patológica
de los procesos de transicionalidad, genera una categoría especial, como objeto
acompañante o consolador, por ejemplo, cuando el oso de felpa queda
concretamente como tal.
En la patología de la
transicionalidad predominaría la cualidad no-yo sobre la cualidad yo del objeto
transicional, transformándose el objeto, de esta forma, en consolador. El
objeto fetiche sustituye al otro significativo, siendo más importante lo que
representa que la posesión no-yo de él.
Los objetos generados por
fallas en la transicionalidad no están separados del niño ni han sido creados
por él.
La paradoja siempre es
paradoja, sea estructurante o patógena, la diferencia entre ambas radica en el
modo en que el psiquismo se adecua a la presentación de la misma. La propuesta
de la primera es generar un modo de vínculo y el símbolo de la unión; mientras
que la segunda es insostenible para el psiquismo, es impensable e inaceptable,
exponiendo al sujeto al trauma y a la disociación. Mientras la primera
posibilita que se forje la continuidad psíquica, la segunda la perturba
interrumpiéndola.
La paradoja esencial en la
estructuración del psiquismo, que sostiene Winnicott desde la transicionalidad,
es que el ser humano es efectuado y creador a la vez.
......................................
El concepto de
transicionalidad tuvo una amplia difusión en los escritos psicoanalíticos,
algunos autores han continuado teorizando sobre la línea que abrió Winnicott y
otros lo han utilizado de variadas formas. Entre los muchos autores nombraré
sólo algunos: R. Gaddini, M. Milner, M. Khan, J. Pontalis, P. Greenacre, A.
Green, D. Anzieu, H. Kohut, H. Searles, F. Tustin, P. Aulagnier, J. McDougall,
R. Kaës, R. Roussillon, Ch. Bollas, T. Ogden, D. Stern, M. Pelento, A.
Painceira , R. Zak de Goldstein, M. Casas de Pereda, E. Romano, A. Levin de
Said.
Considero que el campo que
desplegó Donald Winnicott sirvió de marco orientador para investigaciones sobre
el psiquismo temprano, así como sentó una de las bases sobre el estudio de la
intersubjetividad.
BIBLIOGRAFÍA
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(2) Winnicott, D.:
"Objetos transicionales y fenómenos transicionales", Realidad y
juego, Buenos Aires, Galerna, 1972, pág. 19.
(3) Winnicott, D.:
"Desarrollo emocional primitivo", Escritos de pediatría y
psicoanálisis, Barcelona, Laia, 1979, pág. 213.
(4) Winnicott, D.: "
El juego", Realidad y juego, Buenos Aires, Galerna, 197
(5) Winnicott, D.:
"Desarrollo emocional primitivo", Escritos de pediatría y
psicoanálisis, Barcelona, Laia, 1979, pág. 214.
(6) Winnicott, D.:
"Objetos transicionales y fenómenos transicionales", Realidad y
juego, Buenos Aires, Galerna, 1972, pág. 20
(7) Ídem, pág. 30.
(9) Winnicott, D.:
"La creatividad y sus orígenes", Realidad y juego, Buenos
Aires, Galerna, 1972, pág. 112.
(10) Winnicott, D.:
"Desarrollo emocional primitivo", Escritos de pediatría y
psicoanálisis, Barcelona, Laia, 1979, pág. 214.
(11) Winnicott, D.: El
gesto espontáneo, Buenos Aires, Paidós, 1990, pág. 100.
(12) Winnicott, D.:
"Objetos transicionales y fenómenos transicionales", Realidad y
juego, Buenos Aires, Galerna, 1972, pág. 30.
(13) Pelento, M. L.:
"Teoría de los objetos y proceso de curación en el pensamiento de D.
Winnicott", Revista Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para
Graduados, nº 11, 1982, págs. 194 y 195.
(14) Winnicott, D.:
"Objetos transicionales y fenómenos transicionales", Realidad y
juego, Buenos Aires, Galerna, 1972, pág. 32.
(15) Ídem, pág. 23.
(16) Winnicott, D.:
"Individuación", Exploraciones psicoanalíticas I, Buenos
Aires, Paidós, 1991, pág. 337.
(17) Zirlinger, S.:
"Comentario del trabajo 'Desde Winnicott hacia el futuro' del doctor Luis
E. Prego Silva", en el III Encuentro Latinoamericano sobre el pensamiento
de Winnicott, Gramado, Brasil, 1994.
(18) Winnicott, D.:
"Sueños, fantasía y vida", Realidad y juego, Buenos Aires,
Galerna, 1972, pág. 33.
(19) Winnicott, D.:
"Objetos transicionales y fenómenos transicionales", Realidad y
juego, Buenos Aires, Galerna, 1972, pág. 22.
(20) Winnicott, D.:
"El niño deprivado y como compensarle", Deprivación y delincuencia,
Buenos Aires, Paidós, 1990, pág. 218.
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Graduados
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