El Congreso comenzó en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Los argentinos, que viajamos casi todos el mismo día, íbamos llegando de a poco y nos fuimos encontrando, casualmente, en el Free Shop. Llegamos a Lima en el mismo horario, pero en vuelos diferentes. Cansados, pero alegres, fuimos a cenar en diferentes grupos; buscamos comida del lugar, cerca del hotel ubicado en el barrio de Miraflores.
Al día siguiente, medio dormidos, algunos tenían que exponer los trabajos en los primeros horarios. Otros compañeros, que llegaron el mismo día, pasaban del avión al panel. La rigurosidad de los trabajos estaba acompañada de ese espíritu relajado y divertido de los viajes: ¿A qué mesa vas?, ¿a qué hora exponés?, ¿dónde vas a comer?, ¿cuánto pagaste esta artesanía?, ¿fuiste a tal museo?, ¿te fue bien con tu trabajo? Estas eran las conversaciones que se escuchaban en el hall entre ponencia y ponencia.
Hubo paneles, trabajos libres, mesas centrales, talleres de diferentes países y con distinta modalidad. Los temas: la cultura actual, las diferentes presentaciones de la clínica, el diálogo del psicoanálisis con otras disciplinas, la vigencia del psicoanálisis como teoría acerca de lo humano y de la subjetividad.
Un interrogante que es habitual en las presentaciones en Argentina y también en Latinoamérica: ¿cambiaron las presentaciones de los pacientes en las consultas o hay nuevas patologías? ¿La teorización con la que trabajamos sigue vigente aún o hay que crear nuevos conceptos? Preguntas que plantean diferencias entre quienes las formulan.
Hay muchos trabajos que citan los diferentes autores clásicos del psicoanálisis: Freud, Klein, Bion, Lacan, Winicott que recuperan su vigencia a pesar de las presentaciones clínicas novedosas. Algunas producciones plantean desarrollos apoyados en los clásicos y trabajan sobre los cambios que la cultura promueve.
Por la noche, cena con amigos latinoamericanos en un lugar de moda en Lima, sobre el Pacífico y con una vista maravillosa de la costa iluminada. Los manjares peruanos y la hospitalidad están siempre presentes.
Segundo día
De las diferentes mesas se desprende la idea de un cambio en la relación con el paciente: el psicoanalista que antes solo interpretaba desde una posición de saber absoluto, cambia al formato más actual donde se conversa con el paciente de manera menos distante —respetando la modalidad de cada analista— a diferencia del clisé que fijaba lo que se debía hacer. Cuando se produce un movimiento, una pregunta, un recorrido, una apertura el padecer se reubica de manera diferente.
En algún recreo, una recorrida por la ciudad y la visita a algún museo, de los tantos que hay y donde podemos apreciar la cultura precolombina o la fusión entre ambas culturas después de la llegada de los españoles con el cristianismo.
Asamblea y cambio de autoridades de la FLAPPSIP: cada dos años, un país diferente de los que integran la Federación tiene la función ejecutiva. Trabaja con delegados de los otros países. Es a través de los congresos que podemos conocernos y conocer el pensamiento y las problemáticas de los países que participan.
Por la noche del sábado, algo diferente e inédito: la representación de la obra de teatro escrita y dirigida por uno de los nuestros y actuada por analistas de los distintos países: «El diván de la alegría».
Quince psicoanalistas en escena de Perú, Chile, Brasil, Uruguay y Argentina representamos un grotesco sobre el congreso y sobre el psicoanális en general, donde nos reímos de nosotros mismos e invitamos a los colegas espectadores a compartir nuestras inquietudes con humor.
La diversión estuvo presente desde el comienzo de la preparación de la obra. Los argentinos ensayamos en Buenos Aires. El resto de los colegas tuvieron ensayos por skype: se juntaban en determinado horario, todos con sus computadoras en diferentes países y se reían ensayando la obra. La tecnología al servicio del trabajo y de la diversión. Ya en Lima, tuvimos un ensayo todos juntos en una habitación del hotel.
Ultimo día
Hubo diferentes trabajos sobre «Los fenómenos socioculturales del Siglo XXI y el psicoanálisis como práctica posible». En el área de investigación hubo escritos sobre la representación del psicoanálsis en el humor gráfico, la presencia del psicoanálsis en los medios.
La última actividad fue una presentación original de un material clínico. Se muestra una sesión de una paciente con su terapeuta en una puesta teatral —la terapeuta del caso clínico y una actriz que representa a la paciente—.Una manera novedosa de exponer un caso que nos permitió ver lo que sucedía con esa paciente. También fue novedosa la discusión posterior: primero los participantes del congreso comentaron el material y, luego, los panelistas plantearon su mirada sobre el caso.
En el congreso lo teatral se impuso como modo de expresión. Podríamos relacionarlo con la tragedia y la comedia como las dos caras del teatro, del trabajo que sostenemos y también de la vida.
Después del cierre del congreso, muchos de nosotros comenzamos nuestro recorrido por Perú: Cuzco, Machu Pichu, Aguas Calientes, Olantaytambo.Si bien nos dividimos en grupos espontáneos para el paseo, nos íbamos encontrando ya relajados paseando por Perú. Trabajo, paseo y diversión, situaciones necesarias para seguir adelante con nuestra apasionante tarea que tanto nos gratifica y promueve la búsqueda de nuestro placer y de los pacientes con los que trabajamos.
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