NÚMERO 23 | Mayo 2021

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Textos producidos en el Taller de escritura «La invención autobiográfica. Del diario íntimo y las redes a la escritura creativa» | Jezabel Amin y Claudio Moreno Vera

En esta oportunidad, nos encontraremos con textos producidos en el Taller de escritura «La invención autobiográfica. Del diario íntimo y las redes a la escritura creativa» coordinado por Luis Gruss, docente y escritor, y organizado por la Comisión de Cultura. Son textos profundos que nos invitan a ser testigos de la voz propia de sus autorxs.

Textos producidos en el taller de escritura «La invención autobiográfica. Del diario íntimo y las redes a la escritura creativa» coordinado por Luis Gruss

 

Jezabel Amin

Flor de primavera

Entre las hojas, una muchacha de piel blanca y desnuda está tendida en el pasto. Los bordes de su cuerpo se funden con la tierra. Los talones gastados hablan de las horas caminadas para llegar hasta ahí. En el claro del bosque, alrededor los árboles, el aire se siente despejado, abundan las mariposas. Toda una vida para vivir este momento. El amor es ella, un lugar en el mundo, una flor de primavera.

Transformación

Él llega a la cabaña y deja la ropa atrás; se acuesta cerca del fuego. El cuerpo de la mujer lo envuelve. Él piensa en la serpiente del bosque, en el cielo y la caída. Los cuerpos se frotan, se deslizan, hay ritmo entre sí, calor en las pieles. Ella hunde las uñas en la espalda erecta del hombre azul, agua con sal, sangre y pudor. Todo se deshace en la memoria. Los dos renacen soñando como niños. El fuego se apaga. La noche encendida se vuelve amanecer.

Ya no

Ya no hay una voz detrás del teléfono. Ya no hay una cara, un gesto. No sé quién escribe o está detrás de la pantalla. ¿Dónde comienza mi sueño? Te quiero conmigo ahora. La razón es el deseo. Ya no hay una voz detrás del teléfono.

Memoria perra

Olvidé cómo eran las manos en la tierra, las piernas en el agua, los ojos de mi perra. Olvidé cómo era caminar entre montañas, seguir sus patas, oler las sendas. Olvidé cómo era la vida entre las piernas. Olvidé cómo era su boca, la lengua, la sombra, la pija en la arena. La embestida, el galope, la mano, el hocico, la nariz. Todo es memoria ahora. Y hasta la memoria olvidé.

Comprensión en el crepúsculo

La charla de la tarde gira alrededor de la muerte y la vida. Algunos viejos hablan de los pájaros, de las raíces oscuras, de las cuentas. Una guitarra suena a lo lejos y la muchacha baila entera. Los hombres ajustan los cinturones, los dedos, las lenguas. Crece el calor y se dilatan las estrellas. En el fondo siempre es ella.

Origen

El aire da forma al fuego. Dibuja una figura casi humana. La sombra en la pared refleja el primer baile del mundo. Desde un rincón, un hombre mira el primer recuerdo de la humanidad.

 


Claudio Moreno Vera

Maika y sus amigos

Nunca he deseado mal a nadie

esta es mi primera vez

Los Tres

 

El público me inquieta. El murmullo, cierto movimiento de las siluetas. Son cabezas oscurecidas con los hombros caídos un poco más abajo de la tarima. Estamos tocando en el local de Edu con Leo y Carlito. Edu aparte de ser el dueño de este local es un productor reconocido. Según Leo se quedó a escucharnos y eso es algo especial ya que no acostumbra a venir en días de semana y hoy es martes.

Nosotros como banda no hemos definido un nombre. Me parece curioso que aún no podamos ponernos de acuerdo en eso. No es que me importe demasiado pero es extraño, creo.

Estamos en medio de un tema, el último del concierto, y observo a intervalos por encima de la batería…nunca he deseado mal a nadie…Acaba de decir Leo en el micrófono. Llevo escuchando ese  estribillo bastante tiempo. Debimos componer nuevos temas. Ayer lo discutimos con Leo y Carlito. Tenemos algo de material como para lanzarnos pero Leo, sobre todo él, volvió con la idea de que nos falta seguridad para eso y además, agregó, nos oirá Edu así que nada de sorpresas. En todo caso la banda es suya, por decirlo así. Hace unos meses me invitó a tocar con él y luego encontró a Carlito en otro concierto. Literalmente lo convenció que dejara su banda y se viniera a tocar con nosotros.

Maika debe andar por entre las mesas. Leo me dijo que vendría pero todavía no consigo verla. Quizás esté en el baño. En ocasiones puede tardarse un buen rato sentada en la taza del WC. No lo entiendo muy bien pero es así. Maika tiene un lunar por detrás de la oreja. Se lo he visto cuando nos hemos revuelto los pelos. No sabría decir si me gusta o no. Será, supongo, como los hongos en mi uña  del pie.  Debes echarte algo, dijo ella. Pero como no noté ningún reclamo en su afirmación aún tengo los hongos o al menos la uña sigue amarilla o blancuzca y un poco más gruesa, me parece.

Maika y Leo tuvieron algo hace un tiempo. Justo antes de empezar ella y yo. Esto lo supe la semana pasada. Cuando digo empezar ella y yo no sé muy bien a qué me refiero pero el jueves pasado Maika dijo que lo nuestro es verosímil y me cayó un poco mal esa palabra. Quizás lo dijo por Leo, por la relación que tuvo con él. Supongo que lo hizo para zanjar el tema.

Leo se ve un tipo tranquilo pero puede comunicar las cosas con fuerza, quiero decir, hace poco me contó una anécdota: estaba con su padre en el puerto y se encontraron con dos adolescentes. Les preguntó si eran de la zona o de la Villa. Los chicos respondieron que venían de la Villa y Leo dijo “menos mal porque sino les habría dado una patá en el culo por idiotas…” Entonces sonrió y luego se echó a reír pero sólo un poco. Me pareció cómica la historia, la manera de contarla. Me pregunto cómo será enfrentarse a Leo.

Hace tiempo que quiero mudarme al piso de Maika pero ella no termina de aclararse. Acabo de decir aclararse y me suena horrible. A veces nos separamos unos días. Pero volvemos. Quiero decir, vuelvo a su casa. Ya tengo mis rutinas como cuando nos vamos a la cama y me llevo el cojín del sofá, uno amarillo un tanto deslavado. Y digo a la cama pero en realidad es un colchón sobre una esterilla de bambú en el suelo. El otro día desperté en la oscuridad. Me volví hacia ella y apoyé mi mano sobre su cadera lentamente.

Pensé que dormía pero unos segundos después sentí el roce de las sábanas y noté su mano que tomaba la mía y la depositaba con cuidado sobre la sábana, por delante de mi panza, alejada de su cuerpo. No sé por qué razón me estoy acordando de estas cosas.

Echo una mirada a Leo que vuelve al estribillo nunca he deseado mal a nadie…En realidad no he pensado para nada cómo pudo ser aquello entre ella y Leo. Debió ser…Acabo de observar diminutas gotas de saliva encumbrarse desde la boca de Leo hacia el público…Puedo imaginarlos desnudos, besándose…Por poco se me escapa la baqueta por entre los timbales hacia donde dejé una botella de plástico con agua. Qué hijo de puta, ahí, parado a dos metros de mí. Y el cabrón de Carlito debió saberlo todo el tiempo y no me dijo absolutamente nada.

Estamos en la última parte del tema. Aquí la letra continúa un poco más, dice: nunca he deseado mal a nadie esta es mi…Ayer discutimos de acabar el tema con un redoble de batería. Quiero decir, justo después del estribillo Carlito y Leo se quedan en silencio y entonces yo hago un pase largo por los toms y los timbales y luego cerramos el tema juntos. Fue una idea de Leo y quedó bastante bien. Pero ahora recuerdo que lo dijo con esa seguridad suya…La otra vez le escuché reírse de un guitarrista conocido. Dijo que en medio del escenario a este tipo se le torcieron los dedos ¿Cómo puede ser?…¡cómo!, se reía Leo. Fue graciosa su manera de contarlo, la verdad. Ahora no le encuentro la gracia. Quiero decir, no había pensado en Maika y en Leo, en ellos. Viene el redoble y vuelvo a pensar en Maika y Leo y a Leo insinuando que el puto Edu se ha quedado por nosotros y algo no me cuadra y el nuevo final del tema se me hace una estupidez…A Maika no la veo por ninguna parte, estará en el baño o en la barra con esa gente, quizás con los amigos de Edu…Y Carlito se voltea lentamente…El tema se acaba, debo dar el redoble, la baqueta, los toms y los timbales, la explosión de los platillazos, la cara de Leo y la importancia de Edu, del redoble y el público difuso, con las cuencas de los ojos oscurecidas, están observando hacia nosotros expectantes…

Nunca he deseado mal a nadie

esta es mi primera vez…

 

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