La Tesis consta de una Introducción y tres capítulos.
Introducción
Una hipótesis constituye el punto de partida de esta Tesis: el uso abusivo y difusamente discriminado de la denominación Reacción Terapéutica Negativa (RTN) ha producido un deslizamiento de sentido respecto de su connotación original que tiene como consecuencia actual un déficit considerable en su valor:
-nominativo: por la heterogeneidad de fenómenos a la que es aplicada.
-descriptivo: porque los acontecimientos así nominados no responden a un patrón común.
-explicativo: porque resulta insuficiente para dar razón de los fenómenos a los que refiere, requiriendo ser remitida a otras explicaciones causales.
La Tesis consiste en una investigación bibliográfica. El criterio de selección de los textos es de exclusiva responsabilidad de la autora, y ha sido establecido contemplando tres condiciones:
-publicaciones disponibles.
-prestigio y trayectoria del autor reconocido entre pares.
-adscripción a diferentes escuelas u orientaciones dentro del psicoanálisis.
Los textos de S. Freud han sido extraídos de la última edición de Amorrortu; los de M. Klein y J. Lacan, de las ediciones clásicas en español. Todos los demás artículos citados fueron tomados de las Revistas de Psicoanálisis (publicaciones oficiales de la IPA) existentes en la Biblioteca de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Las traducciones del inglés y francés son responsabilidad de la autora.
Capítulo 1: La fórmula original de la RTN
Se recorren en este capítulo los textos de S. Freud en los que se trata la RTN. La noción se presenta en El Yo y el Ello (1923). Se procesa en El problema económico del masoquismo (1924), Inhibición, síntoma y angustia (1926), Análisis terminable e interminable (1937), Esquema del Psicoanálisis (1938). La búsqueda de una fórmula que sintetice su connotación original demanda un trabajo de construcción que arroja puntuaciones y problemas.
El alcance nominativo de la RTN sólo se encuentra precisamente indicado en el texto de 1923: una reacción del paciente de signo contrario al expectable, frente a una manifestación personal (de satisfacción) o una intervención técnicamente correcta del psicoanalista.
Tiene la virtud descriptiva de señalar sustantivamente un estado de empeoramiento clínico del paciente, de carácter inesperado y paradojal para el psicoanalista.
No posee valor explicativo. Se define como resistencia a la curación, homologada a la resistencia del Syó, exteriorización de un sentimiento inconciente de culpa, un trastorno de la pulsión de autoconservación, testimonio clínico de la pulsión de muerte.
De las puntuaciones precedentes se desprenden algunos problemas: el valor nominativo de la RTN se desliza en el curso de los textos relevados y podría usarse tanto para designar una fenómeno singular como el resultado final (adverso) de un tratamiento psicoanalítico; la noción se encuentra literalmente mencionada en algunos artículos y aludida en otros, con lo cual cabe preguntarse si se conserva en forma implícita o debe ser reemplazada por aquellas que toman su lugar en la respectiva formulación (por ej. resistencias particularmente rebeldes); las hipótesis causales propuestas no resultan conclusivas. No se logra, entonces, establecer satisfactoriamente la definición de un término cuya habilitación de uso no ha sido revocada, quedando abierta la posibilidad de predicar de él propiedades diversas.
La búsqueda emprendida arroja un resultado que anuncia el destino ulterior de la noción. No se encuentra en Freud una fórmula de la RTN, ya que se admiten al menos tres posibilidades connotativas:
-limitar su valor nominativo y descriptivo a la primera versión (1923)
-subsumirla en la categoría “resistencias”
-ampliar su alcance hasta considerarla una figura denominativa del fracaso de un tratamiento psicoanalítico.
Capítulo 2: Nuevas versiones de la RTN
Se analizan en este capítulo escritos posteriores a S. Freud, en busca de los usos y connotaciones de esta noción. Se enuncian en esta síntesis apenas algunas opiniones señeras, que no agotan la interesante riqueza clínica de los testimonios revisados.
M. Klein reformula sustancialmente la RTN.
J. Rivière critica el uso actual (1935) de la noción, conservando la connotación freudiana de la RTN como resistencia.
J. Lacan la menciona (1948) escasamente, indicando que nomina una resistencia.
Etchegoyen subraya su carácter paradójico y precisa que no debe confundirse con cualquier retroceso en la cura psicoanalítica. Advierte que utilizarla con demasiada generosidad refuerza la omnipotencia del psicoanalista.
Fidias Cesio, dentro de la orientación kleiniana, postuló la existencia de letargo (un estado de muerte aparente en el mundo interno) en pacientes que presentaban una intensa RTN.
E. Rosenblatt (1966) desplaza notablemente el sentido original.
D. Rosenfeld y C. Schenquerman (1977) escriben una guía clínica y técnica de la RTN, nominando así toda detención del proceso analítico.
N. Marucco (1979) propone para la RTN la teoría de una resistencia final del narcisismo, tanto del analizante como del analista.
J. B. Pontalis (1979) afirma que la especificidad de la noción parece haberse disuelto y la RTN se ha convertido en un concepto anacrónico y vacío.
Las Actas de II Jornadas Trasandinas en Chile (1981) muestran la intensa controversia existente respecto del uso de la noción RTN en las presentaciones clínicas.
Por incómodo que resulte, en los ’80 algunos psicoanalistas vuelven la mirada sobre sí mismos a la hora de analizar los efectos paradojales del psicoanálisis.
Herbert Rosenfeld (1990) se interesa por la “resistencia crónica al análisis”, remitiéndola a la envidia y destructividad propias de las relaciones objetales narcisistas.
J. L. Maldonado (1992) recomienda no olvidar los dos factores definitorios establecidos por Freud: efecto sorpresivo y secuencia paradojal, para no confundir la RTN con otros fenómenos clínicos.
André Green (1995) escribe que no se debe confundir fracaso de un tratamiento psicoanalítico con RTN.
Danielle K. Bonefond (2004) entiende la RTN como una manifestación paradigmática del proceso analítico.
Elisabeth Leypold (2008) expone que si para Freud la RTN es un resto esencial, Lacan la radicaliza hasta hacer de ella el fondo de la existencia del sujeto.
Capítulo 3: Reflexiones conclusivas
La hipótesis inicial resulta observada al concluir el cap. I, en el cual se revela que la connotación original (Freud) de la RTN no es unívoca. No obstante, se sostiene como orientación general de la investigación expuesta en el cap. II.
El análisis del uso de la RTN en cada uno de los textos revisados arrojó resultados diferentes. Los artículos que discurren sobre la noción en sí misma critican su descrédito conceptual y proponen soluciones que van desde la acotación de sentido y aplicaciones hasta su abolición total. Los relatos clínicos testimonian tanto el uso discrecional como los consecuentes efectos de difusión de sentido de la RTN. En algunos casos se trata sencillamente de la selección conveniente de una u otra acepción (dentro del catálogo freudiano) según la necesidad del autor. En otros, la aplicación de la RTN se justifica en el marco de alguna escuela psicoanalítica posterior, en unos pocos casos, se señaló que el uso de la RTN no estaba suficientemente justificado y debía considerarse conceptualmente incorrecto. Si bien se verifica, entonces, que la discrecionalidad en el uso de la noción RTN ha desvirtuado sus propiedades conceptuales, también se comprueba que la connotación original no es unívoca, de modo que la controversia ulterior bien podría derivar de ese problema inicial.
Sin embargo, cuando desde Joan Riviére hasta J. B. Pontalis se insiste en afirmar críticamente que la RTN se usa en un sentido muy diferente al establecido por Freud, el problema queda situado en una dimensión que excede la estricta discusión conceptual.
La honestidad intelectual de Freud al reconocer las limitaciones de la técnica psicoanalítica es el horizonte sobre el cual se sitúa, paradójicamente, el punto de mayor controversia respecto de la noción RTN: la posibilidad de un uso intelectualmente deshonesto por parte de los psicoanalistas [cf.Eva Reichenstein, Pontalis, Carlos Schenquerman, entre otros]. Asimismo, las referencias al peso de la transferencia-contratransferencia y el narcisismo del psicoanalista [cf. Lacan, Riviére, Baranger, Marucco, Pontalis, Maldonado, los Schenquerman…]
Acuñada para designar el comportamiento “extrañísimo” [Freud, 1923] de algunas personas en tratamiento, la noción perdió vigor a partir del momento en que “los batallones más fuertes” [Freud, 1937] fueron admitidos en la experiencia cotidiana de la práctica del psicoanálisis. La razón de su rescate y uso posterior debe buscarse en la aptitud particular de esta noción para dar razón a una cantidad de problemas atinentes a la técnica psicoanalítica.
Considero cumplida la hipótesis de esta Tesis, y a modo de conclusión propongo un agregado: el uso abusivo y difusamente discriminado de la noción RTN ha producido deslizamientos de sentido que podrían constituirse en riesgoso obstáculo para el progreso científico del psicoanálisis.
Hola Perla:
Primero quería felicitarte por el trabajo y luego preguntarte a que te referís cuando mencionas esto” La honestidad intelectual de Freud al reconocer las limitaciones de la técnica psicoanalítica es el horizonte sobre el cual se sitúa, paradójicamente, el punto de mayor controversia respecto de la noción RTN: la posibilidad de un uso intelectualmente deshonesto por parte de los psicoanalistas [cf.Eva Reichenstein, Pontalis, Carlos Schenquerman, entre otros]. Asimismo, las referencias al peso de la transferencia-contratransferencia y el narcisismo del psicoanalista [cf. Lacan, Riviére, Baranger, Marucco, Pontalis, Maldonado, los Schenquerman…] acerca del uso intelectualmente deshonesto por parte de los psicoanalistas [cf.Eva Reichenstein, Pontalis, Carlos Schenquerman, entre otros.
Desde ya te agradezco la respuesta.
Dra María Vidoni Bs As Argentina
Estimada María: la referencia de ese párrafo de las conclusiones de mi Tesis podrá hallarla usted misma en el texto completo de la misma, que puede ser consultada en la biblioteca de la AEAPG. Muchas gracias por su interés. Perla Albaya