La Psicoprofilaxis Quirúrgica es una especialidad que se desarrolló a partir del trabajo psicoanalítico con niños que iban a ser sometidos a una intervención quirúrgica. Fue cobrando cada vez más especificidad, su marco teórico fue desarrollado desde la teoría psicoanalítica, con fines preventivos y a través de la interdisciplina.
Todo procedimiento médico, especialmente, la cirugía constituye una amenaza a la integridad corporal del sujeto, produce miedo e inseguridad, es un impacto emocional para el sujeto. Es por ello que la Psicoprofilaxis Quirúrgica tiene por objetivo ayudar a elaborar dicho impacto para que no se vuelva traumático, trabajando en procesar ansiedades y temores.
La cirugía u otras prácticas médicas invasivas son situaciones de estrés para el sujeto, pero no necesariamente traumáticas, son “potencialmente traumáticas” y dependerá de los recursos internos y externos del paciente. De ahí el valor preventivo de la Psicoprofilaxis Quirúrgica.
Cada sujeto cuenta para atravesar estas situaciones con redes de sostén, como es su familia y el equipo médico. El trabajo de Psicoprofilaxis Quirúrgica, incluye al paciente, su familia y al equipo médico, con lo que se convierte en un verdadero trabajo interdisciplinario.
Las prácticas médicas están continuamente actualizándose. El avance de la tecnología ha permitido realizar diagnósticos cada vez más precoces y ha dado la posibilidad de realizar nuevas técnicas quirúrgicas.
La patología cardíaca, es detectada cada vez más temprano y los niños se operan cada vez más pequeños. Actualmente, a través de practicarle a la embarazada una serie de estudios como son las amniocentesis diagnósticas, las ecografías, el scan fetal, se puede confirmar que el feto va a nacer con alguna patología.
Habitualmente la embarazada se encuentra en un estado de vulnerabilidad al realizar los estudios prenatales. El impacto emocional ante el diagnóstico de que su bebé presenta cardiopatía congénita, puede despertar ansiedades, al comprobar que el hijo no se corresponde con la imagen del bebe esperado.
El embarazo es una etapa donde la mujer se encuentra muy vulnerable, la relación de la madre con el hijo empieza mucho antes del nacimiento, ya que el vínculo con el bebé se construye lenta y progresivamente sobre la base de relaciones previas con el hijo deseado, imaginado o fantaseado. El nacimiento biológico y psicológico no coinciden en el tiempo.
En este sentido, es Lebovici (1988), quien afirma que estas interacciones se van construyendo desde el embarazo y están determinadas por los fantasmas que connotan el deseo de la maternidad. Plantea las diferentes representaciones de hijo que se gestan a lo largo del trabajo psíquico del embarazo, definiendo los conceptos de hijo imaginario, hijo fantasmático e hijo real. El bebé puede significar diferentes cosas en el posible repertorio representacional materno.
Los nueve meses de embarazo brindan a los futuros padres la oportunidad de prepararse tanto psicológica como físicamente. La preparación psicológica, tanto inconsciente como consciente, está estrechamente entrelazada con las etapas físicas del embarazo de cada mujer. Cuando existen complicaciones físicas, como en el caso de una cardiopatía congénita, pueden poner en peligro la relación con el hijo.
El objetivo de esta investigación fue examinar el impacto emocional ante el diagnóstico prenatal de patología cardíaca en una muestra de mujeres embarazadas pertenecientes a prepagas que se atienden en instituciones médicas de la ciudad de Buenos Aires, de edad entre 25 y 40 años, siendo entrevistadas luego de realizarse estudios de control.
Se construyó una muestra conformada por siete entrevistadas, que recibieron la noticia, que su bebé padecía patología cardíaca durante los controles médicos en el embarazo. Se las entrevistó y se procedió a evaluar el impacto de dicha información, tomando como coordenada de análisis, el grado de vulnerabilidad psicosomática de cada una de las entrevistadas.
La concepción de salud y enfermedad es una construcción socio cultural, los aspectos emocionales desencadenados a raíz de la enfermedad son muy diversos y especialmente complejos cuando se trata de un niño enfermo.
En este sentido Fischbein expresa: “La enfermedad somática produce un corte en el contínuo (…) y es en el espacio de este corte donde aparecerá la patología. En el espacio de este corte, la palabra cumple una función primordial, ella es la que puede establecer puentes para disminuir la escisión. El cuerpo aparece no sólo como realidad anatómica, sino también como realidad de la fantasmática donde la representación de sí mismo y las señales de enfermedad y del envejecimiento están presentes (…)”.[1]
Este concepto fue pensado por Fischbein para explicar la enfermedad en una persona, pero su explicación puede ser utilizada para dar cuenta de lo acontecido en la mujer embarazada. Se observa en lo expresado por este autor, la dimensión historizable del acontecimiento somático, señalándolo como un corte en un contínuo, que es la vida del paciente. Además, resalta el término “acontecimiento”, término que alude a lo temporal, refiere a algo que irrumpe en el devenir psíquico, que provoca un cambio en la posición subjetiva.
En el caso de interés de esta tesis, la información de la patología del bebe, irrumpe en el aparato psíquico de la mujer embarazada, corta un contínuo, irrumpe en el contínuo embarazo y puede producir una serie de posibles consecuencias que son las que se desarrollaron en esta investigación.
La Psicoprofilaxis Quirúrgica tiene un objetivo preventivo, y la palabra pre-venir tiene el prefijo “pre”, que denota antelación, anticipación, se puede observar la importancia de “ver”’ para evitar lo que está por venir, de historizar lo que va a suceder, de forma de darle un sentido subjetivo a ese futuro amenazante para estas mujeres embarazadas.
Un proceso de Psicoprofilaxis Quirúrgica debe ayudar al paciente y su familia, a transitar el acontecimiento médico en las condiciones psíquicas más adecuadas, brindando un espacio de sostén a la vulnerabilidad emocional que resultará de dicha experiencia.
La detección de patologías cardíacas de esta investigación, fueron diagnosticadas a través de los estudios prenatales, que las embarazadas entrevistadas se realizaron. Los estudios, como ser las ecografías para visualizar al feto, tienen para la futura madre, un efecto complejo sobre la tarea de adaptarse a un nuevo rol. La curiosidad y el asombro de la embarazada al ver a su hijo en una pantalla, van acompañados tanto de admiración como del temor frente a lo que puede mostrar el estudio. Los padres reciben la noticia de la patología de su bebé en un contexto de vulnerabilidad.
Tomando en cuenta el modo de abordar estas problemáticas propio de la Psicoprofilaxis Quirúrgica, se puede ver la necesariedad de incluir al equipo médico. Por este motivo, el trabajo del equipo de salud, el trabajo interdisciplinario, es descripto como un espacio de integración de diferentes visiones y conocimientos de distintas áreas del saber, quebrando modelos individualistas y exclusivistas, con el objetivo de beneficiar no sólo al paciente y su familia, sino al equipo tratante también.
Es de destacar el valor y las condiciones que debe tener la información brindada por el equipo médico. Se considera que la misma debería ser veraz, dosificada y ajustada al entendimiento de quien la escucha, en un espacio adecuado a la situación y un tiempo que admitiese expresar preguntas y dudas.
El buen vínculo, la empatía, la información adecuada puede atenuar el impacto traumático, y favorecer un mejor procesamiento y enfrentamiento de un diagnóstico, generando un espacio de contención y confianza que funciona como sostén.
Con el objetivo de desarrollar como actúa el aparato psíquico frente al impacto de la información recibida por la mujer embarazada a cerca de la patología de su bebé, hay en esta tesis un recorrido teórico de las definiciones de los conceptos de trauma y angustia para el psicoanálisis.
Es descripta la concepción de trauma por efracción, haciendo referencia a la conceptualización que Freud hace en el “Proyecto de psicología” (1895) cuando habla del dolor, refiriéndose a cómo son arrasadas las neuronas, a modo de “rayo” por la intensidad de la excitación. En el caso de trauma como resignificación, se aludió a que el trauma ocurrirá en “dos tiempos”, un primer acontecimiento que sería traumático, desde el punto de vista económico, adquiere sólo con posterioridad eficacia, se resignifica, es decir el recuerdo de esa primera escena de seducción, dirá Freud, se vuelve patógena ya que provoca excitaciones internas.
Freud remite el trauma ante todo a una concepción económica, un aumento tan grande de excitación en relación a la tolerancia del sujeto y su capacidad de tramitar, administrar y elaborar psíquicamente estas excitaciones. La consecuencia del trauma es la incapacidad del aparato de liquidar las excitaciones o elaborarlas por los medios habituales, lo que inevitablemente da lugar a trastornos duraderos en el funcionamiento energético.
Cada sujeto reacciona frente a los acontecimientos traumáticos según su propia susceptibilidad, por lo cual no se puede hablar de acontecimientos traumáticos de modo absoluto y dependerá de los recursos de cada sujeto. Se relaciona así, el trauma con la incapacidad del aparato psíquico de liquidar las excitaciones. Por lo tanto para que exista trauma en sentido estricto, deben darse determinadas condiciones objetivas, que generen falta de abreacción de la experiencia y defensas patológicas.
La idea de las series complementarias colabora a comprender el suceso traumático. Freud propone un factor constitucional, refiriéndose a lo innato, un factor disposicional, que son las experiencias infantiles y un factor desencadenante que es el vivenciar accidental.
Tomando como referencia el artículo de Freud “Más allá del principio del Placer” (1920) se remarcó la importancia de tomar en cuenta, no solamente la cantidad y calidad del estímulo que ingresa al aparato, sino también la capacidad de ligazón que tiene el sistema. A mayor investidura, se necesitará más recursos energéticos para poder tramitar y ligar psíquicamente.
Se desarrolló el concepto de angustia descripto por Freud en “Inhibición, síntoma y angustia” (1926) con el objetivo de comprender el modo en el que el psiquismo procesa la angustia. Dicho autor califica a la misma, como un afecto, un afecto displacentero. Afirma que el aparato psíquico, está expuesto a excitaciones tanto de origen interno como externo. Si no puede dominar esas magnitudes de cantidad se verá desbordada la capacidad defensiva de dicho aparato, y en tal razón la situación se tornará traumática. La angustia típica de las situaciones traumáticas es la angustia automática. En tanto es la angustia señal, la que tiene la función de alertar al aparato psíquico para que ponga en funcionamiento los mecanismos de defensa y evite que el mismo se vea desbordado.
Se señaló que el afecto como estado de ánimo participa en expresiones y exteriorizaciones corporales, además de hacerlo en todos los estados anímicos, tales como los procesos de pensamiento.
A partir de las nociones de angustia automática y angustia señal, se introdujo su relación con los conceptos de vivencia estresante y vivencia traumática.
Se tomó en cuenta lo trabajado por Rinaldi (2001) y en ese sentido se expresó que en el caso de una “vivencia estresante” se pone en funcionamiento la angustia señal, es decir, el sujeto produce señales de alerta que permiten poner en funcionamiento mecanismos de defensa adecuados. En el segundo caso de la “vivencia traumática”, el aparato psíquico queda anegado por la angustia y el resultado es la pérdida transitoria de las funciones psíquicas, este es equivalente a la angustia automática señalada por Freud.
Siguiendo esta línea de pensamiento, se planteó que cuando la mujer embarazada recibe la noticia de que su bebé tiene una patología, recibe el impacto de esta información que funcionará como un estímulo disruptivo para su psiquismo, producirá un aumento de excitación que el aparato deberá procesar. Esto puede implicar tanto una situación de estrés como una situación traumática, y se resaltó la importancia de evaluar si puede procesar, ligar ese monto de excitación, ese exceso y con qué recursos lo hace para evitar que se vuelva situación traumática.
La noción de trauma para Winnicott, es trabajada especialmente, tomando la idea de ambiente facilitador, concepto fundamental para el procesamiento del trauma según este autor. Se describió el valor del concepto, subrayando que hay necesidades intrínsecas a la dependencia, como ser la necesidades de los niños que sólo se procesan en un ambiente facilitador, entonces el trauma es definido como una intrusión del medio ambiente. Cabe señalar que, a idea de “ambiente facilitador” propuesta por este autor incluye no sólo a la madre, sino al entorno y al padre.
Para este autor, es la madre quien echa en la infancia los cimientos de la salud mental del ser humano en la constitución del psiquismo temprano, aportando los conceptos de “madre suficientemente buena” y la “preocupación materna primaria”.
El primero de estos conceptos alude a la sensibilidad exaltada de la madre, casi una enfermedad al decir de Winnicott, y este autor advierte que la mujer debe estar emocionalmente saludable, para lograr esta sensibilidad, así podrá comprender y adaptarse a las necesidades de su hijo. El fracaso de adaptación materna en la fase más precoz, puede producir la aniquilación del self del pequeño.
Se indicó, que este autor considera a este cuidado materno, un cuidado parental, porque incluye al padre y al entorno para cuidar y sostener a la madre para que pueda cumplir estas funciones.
La función de sostén es un factor básico del cuidado materno, que corresponde al hecho de sostenerlo (emocionalmente) de manera apropiada. El sostenimiento facilita la integración psíquica del infante.
Se consideró, lo escrito por Winnicott respecto a las primeras lactaciones y cómo se establece ese vínculo entre la madre y su hijo. Se han descripto los primeros encuentros de la díada mamá-bebé como constituyentes del aparato psíquico del niño. El psiquismo del bebé no existe desde el comienzo, será función de la madre asistirlo e ir procesando las tensiones corporales, posibilitando la constitución de su subjetividad.
Se señaló, a partir de lo expresado por Freud, que la enfermedad de un bebé, que ha sido investido narcisisticamente como hijo ideal, afecta a los padres en el plano narcisista e interfiere en los procesos identificatorios, ya que la imagen del bebé deseado no se corresponderá con el bebé de la realidad.
La mujer embarazada, frente al conocimiento que su hijo puede nacer con una patología, puede sentir, que ese hijo no concuerda con la imagen esperada, ya que la información la sorprende y la atemoriza. Esta situación es extremadamente intensa, no sólo por su carácter inesperado, sino por las tensiones y contenido afectivo que involucra, tanto para la madre, como para el entorno. Cómo ella pueda tramitarlo, tendrá incidencia sobre el psiquismo del bebé.
El concepto de vulnerabilidad psicosomática es tomado para observar este impacto y relacionarlo con factores de riesgo somático y psíquico.
Zukerfeld y Zukerfeld (1999) describieron el constructo “vulnerabilidad”, como el resultado de la cristalización de un modo de funcionamiento psíquico, caracterizado por la precariedad de recursos yoicos para procesar la actividad fantasmática y enfrentar sucesos vitales, y por la tendencia al acto – descarga. La vulnerabilidad está íntimamente relacionada con la historia singular de los acontecimientos traumáticos, con la calidad de vida alcanzada y en particular con las características históricas y actuales de la red de vínculos intersubjetivos
Se describió el concepto de vulnerabilidad psicosomática que propone D’Alvia (2007) , definiendo el constructo Vulnerabilidad Psicosomática como la expresión de un soma que se encuentra desprotegido y librado a recibir y descargar incrementos de excitación por los canales de menor resistencia, condicionados por factores biológicos, genéticos o hereditarios
También se citó a Rinaldi (2001), que designa el concepto de vulnerabilidad como un estado de disminución de las defensas psicobiológicas que predispone a la disfunción, el trastorno o la enfermedad. Este autor propone pensar en grados de vulnerabilidad psicosomática, según sea el riesgo emocional. .
Otro autor que se tuvo en cuenta para definir este concepto fue Maladesky (2007), quien afirmó que la vulnerabilidad está condicionada por la incapacidad funcional de la psique, en su tarea de transformación de la energía psíquica. Es un estado donde reina la energía pulsional no ligada, ni transformada, un predominio del sin sentido propio del proceso primario, la cantidad sin transformación en cualidad y significación, tendiente a la descarga pura.
Siguiendo a Freud se caracterizó el concepto de ligadura y su distinción entre proceso primario y secundario. En el proceso primario, la energía se encuentra libre o móvil, en la medida en que fluye hacia su descarga del modo más rápido y más directo posible. En el proceso secundario se encuentra la energía ligada, en la medida en que su movimiento hacia la descarga se halla retardado y controlado. Dicho flujo energético está sometido al principio de realidad, en el caso del proceso primario se rige por el principio de placer.
Tomando lo expresado por estos autores se procedió a señalar que habría una relación entre:
- a mayor ligadura, menor vulnerabilidad.
- a menor posibilidad de ligar la descarga, de poner en funcionamiento mecanismos adecuados de defensa, mayor vulnerabilidad.
La energía psíquica liga una representación cosa a una representación palabra que represente a aquella y así puede continuar relaciones con otra representación palabra, pertenecientes al mundo del pensamiento y lograr moderar mediante esta tramitación, el pasaje de dicha energía psíquica.
La palabra no sólo tiene la función de permitir comunicarse con otros, sino que cumple una función muy importante en tanto procesamiento de los procesos internos, función fundamental ya que permite dar cualidad a los procesos pulsionales, y hacer consciente lo inconsciente La palabra posibilita enlaces que permiten la organización de las representaciones.
Se observó el valor de la capacidad de pensar ya que implica la ligadura entre las representaciones. La capacidad de pensar está íntimamente relacionada con la tolerancia a la frustración. El pensar, en tanto proceso de ligadura es propio de las situaciones de vulnerabilidad psicosomática baja.
Se relacionó las características de la situación de vulnerabilidad psicosomática baja con la situación estresante, caracterizada por la posibilidad de poner en funcionamiento defensas adecuadas y recursos instrumentales. Mientras que la situación de vulnerabilidad psicosomática alta se relaciona con la situación traumática, en este caso el aparato psíquico queda arrasado por la angustia.
Los indicadores de vulnerabilidad psicosomática que se tuvieron en cuenta para analizar las entrevistas fueron:
- Registro de las emociones.
- Tipo de emociones que aparecen frente a la información de la enfermedad del bebé.
- Recursos para enfrentar las emociones (en forma inmediata y con posterioridad).
- Posibilidad de poner en palabras el problema con otros significativos.
- Contexto en el que aparece la información de la enfermedad del bebé.
- Criterio de realidad frente a la información recibida
Tomando la idea que la noticia de la enfermedad del bebé, irrumpe durante el embarazo, se infiere que, cómo sea procesado el impacto de esa información, hará que la situación devenga estresante o traumática con las consecuencias esperables de cada una de ellas para la vida psíquica del bebé.
Por lo tanto es a través del análisis e interpretación de los datos obtenidos en las entrevistas, se infirió que seis de las siete entrevistadas, que reciben la noticia en el curso del embarazo, que su bebé presenta patología cardíaca, se encuentran en situación de vulnerabilidad psicosomática baja, por tanto, la situación de recibir dicha noticia devino en situación estresante. En tanto, que una sola entrevistada de la muestra se observó en situación de vulnerabilidad psicosomática alta, por lo tanto la situación de recibir la información de que su bebé presenta patología cardíaca, devino en situación traumática.
La relevancia de esta investigación se fundamenta en la posibilidad de aportar elementos de observación para la prevención de la futura díada y favorecer el desarrollo emocional del bebé. El diagnóstico precoz de una patología prenatal, permite con antelación, poner en funcionamiento recursos adecuados para adaptarse a las condiciones en que nacerá el bebé.
Se subrayó la importancia, para los padres, de tener un tiempo para prepararse y así poder procesar y anticipar las condiciones en que van a recibir al bebé y evitar el devenir de una situación traumática.
Es de interés señalar el aporte del trabajo en equipo, de la interdisciplina que puede funcionar como sostén para la familia y también para los mismos profesionales tratantes.
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