NÚMERO 7 | Septiembre, 2012

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Nuestra Gente

Entrevista a Pablo Slemenson

Entrevistamos a uno de los integrantes de la Secretaría de Posgrados en Psicoanálisis de la AEAPG en el marco de las entrevistas a colegas que se formaron en la Escuela.

Consejo editorial: ¿Cómo decidiste formarte en la AEAPG? ¿Qué sabías de ella?

Pablo Slemenson: No lo recuerdo exactamente pero en aquel momento era la institución más prestigiosa aparte de Asociación Psicoanalítica Argentina. Era el camino lógico en cuanto me recibí.

CE: ¿Cuál era tu conocimiento del psicoanálisis cuando ingresaste? ¿En qué año?

PS: Ingresé en 1973 (creo) y mis conocimientos de psicoanálisis se limitaban a alguna experiencia clínica en el servicio de urgencia del Hospital Fernández, donde teníamos grupos Balint coordinados por analistas de APA y un curso de psiquiatría dinámica de urgencia también coordinado por un analista de APA. Además de un grupo de estudio de Freud cronológico de un par de años.

CE: ¿Podrías contarnos alguna experiencia durante la formación que haya dejado una huella fuerte?

PS: Creo que no fue una, sino el hecho de cursar en forma de seminarios con un mismo grupo de compañeros, tres veces por semana, en los consultorios de los profesores. Esto generaba un clima de debate entre nosotros que iba de un seminario a otro. Estábamos inmersos toda la semana entre los grupos de compañeros, el análisis personal y yo (personalmente) tenía en el hospital otros cuatro grupos de estudio, además del cronológico con analistas de lo que fueron los grupos plataforma, documento etc. Eso era un caldero en el cual me cociné.

CE: ¿Cuándo finalizaste la formación de la Escuela? ¿De qué manera quedaste ligado a la Institución? ¿Por qué?

PS: Fui ayudante, participé en las primeras revistas en comisión de enseñanza.

Después me dediqué un tiempo a otras actividades pero conservé el recuerdo de la Escuela como un ámbito donde el debate de ideas no implicaba enfrentamientos, sino un vínculo afectuoso de construcción del desarrollo profesional y científico.

CE: ¿Podrías contarnos cuál es tu práctica actual? ¿En qué ámbito te desarrollás? ¿Cuáles son las áreas o temáticas de mayor preocupación en este momento? ¿Motivos de consulta frecuentes?

PS: Mi práctica actual es el psicoanálisis y las psicoterapias en consultorio, docencia y campos de investigación en la universidad en temas diferentes, como la metapsicología a las implicaciones de los cambios sociales en el psiquismo de las personas en su vida cotidiana. Campos tan disímiles, como grupos de trabajo sobre el futuro de las sociedades y la educación en la escuela pública. Teoría de toma de decisión en gerenciamiento de empresas, hasta lógica de la intuición desde el punto de vista matemático. Me interesa entender por qué hacemos lo que hacemos y pensamos lo que pensamos, más que saber lo que deberíamos hacer o pensar.

CE: ¿Cuál es la singularidad del programa de formación de la AEAPG para los colegas? ¿Qué destacarías?

PS: Creo que son varias. El formato de seminario donde fomentamos el debate (cuestionamientos y preguntas) más que en la clase magistral donde se dicta cátedra. La base freudiana pero no idealizada que permite la incorporación de diferentes corrientes psicoanalíticas, sin que esto signifique desmedro de ninguna.

Otra ventaja es que se puede empezar en cuanto uno sale de la universidad, o mucho después. No es imprescindible saber mucho previamente, pero la mezcla de distintos niveles de formación, pone en cuestionamiento incluso a aquellos que creemos que sabemos. Nos obliga a formular más claramente nuestros conocimientos o admitir que estamos ocultando nuestro desconocimiento en palabras, formulas jerga o aforismos.

CE: En el contexto de las transformaciones socioeconómicas y culturales en Argentina,  ¿cuáles son los cambios más significativos que se aprecian? ¿Está preparado el analista para atender esos cambios?  ¿Se aprecian transformaciones en la formación?

PS: No sé si son los más significativos pero aparecen “nuevas patologías”, que si realmente son nuevas, dependerían del contexto y de las transformaciones socioeconómicas y culturales. Ha habido cambios de paradigmas respecto a la inmediatez, la eficacia,  el “éxito” y la preferencia por lo nuevo que determinaron cambios en las estrategias terapéuticas socialmente aceptables. Los resultados de estos cambios aún no están claros y creo que estamos frente a nuevos cambios radicales de los paradigmas que afrontamos en la posmodernidad.

Si están preparados los analistas, depende quienes. Transformaciones en la formación en algunos casos, y en otros un aferramiento a dogmas de saber instituido en esta posmodernidad. Es variable y requeriría una gama de recursos que existe, que es muy amplia para poder afrontar el tipo de cambios a que estamos expuestos, pero cuya adquisición llevaría un tiempo inaceptable para los parámetros actuales de inmediatez y eficiencia.

CE: ¿Qué podrías reflexionar acerca de los siguientes temas: la formación del analista y los problemas sociales de actualidad,  los nuevos desafíos en la profesión del analista y su formación?

PS: Creo que requerirían varios tipos de cuestiones:

  • recuperar conocimientos de las psicoterapias psicoanalíticas que han sido criticadas y dejadas de lado.
  • estudiar mucho mejor la influencia del mundo real y el superyó social en el psiquismo adulto.
  • salir de la dualidad entre el ser y el tener que ha imbuido al mundo actual y al psicoanálisis, para recuperar la dimensión del hacer en el mundo real con el otro.

CE: Contanos algo que tengas ganas de compartir con nosotros de tu formación y experiencia clínica, tus intereses e interrogantes. También podés contarnos una anécdota.

PS: Mi formación y mi clínica, con frecuencia atípica, es un precipitado de conocimientos y experiencias de distintas fuentes, muchas de las cuales han caído en el descrédito y en el olvido pero a mí me siguen sirviendo. El psicoanálisis argentino probablemente es uno de los más ricos del mundo. Esto se debe, a mi entender, a que se esperaba que un psicoanalista formado conociera las distintas líneas teóricas, no sólo la de la escuela predominante en su país o aquella a la que adscribía. Creo que somos parte de una gran línea de investigación científica que lleva más de 150 años y nos debemos, especialmente en Argentina, una compleja tarea de integración de distintas líneas teóricas. No como un eclecticismo sino a partir de la comprensión que los distintos aportes forman parte de un todo bastante más complejo que las simplificaciones que hacemos por escuelas o líneas teóricas. La otra inquietud es mantener inscripto al psicoanálisis y las psicoterapias dentro del campo científico del estudio de la mente. Lo cual implica mantener vínculos de correlación con las ciencias sociales colindantes, como la sociología y la antropología (no sólo la filosofía y la lingüística) pero también con las ciencias biológicas, como la medicina, la etología y la biología.

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Pablo Slemenson

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