NÚMERO 20 | Octubre 2019

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Elementos comunes entre el grupo básico bioniano y la horda primordial freudiana | Juan Antonio Buere

Trabajo presentado en la «Jornada de Alumnos AEAPG» organizada por la Secretaría Académica para los alumnos de los Posgrados de Especialización y Maestría en Psicoanálisis y del Curso Superior en Niños y Adolescentes, septiembre 2019.

Wilfred R. Bion (1897-1979) trabajó con grupos junto a John Rickman, miembro de la Sociedad Psicoanalítica Inglesa, durante la segunda guerra mundial. Crearon lo que se llamó la teoría del pequeño grupo, grupos sin líder, donde el terapeuta patrocina el grupo, pero sin ocupar el lugar del líder. Empezaron a experimentar en el hospital de Northfield con pacientes afectados por la neurosis de guerra.

Este momento como psicoanalista en la vida de Bion puede ser considerado como el primer período de pensamiento de nuestro autor.

El grupo se mueve en dos niveles o modos de funcionamiento: masa o grupo de trabajo. Cuando nuestro autor se refiere al grupo de supuesto básico, alude a la masa que tiene una expresión primera en los pueblos primitivos (estudiados por Freud) que se mueve con un funcionamiento a la manera tribal, donde todos los miembros asumen que son iguales y que se hayan unidos por un único propósito. Hay tres tipos de supuesto básico: dependencia, ataque-fuga y apareamiento.

Bion hace la experiencia de estar en el grupo para después hacer teoría. Allí ve la movilización emocional de los miembros del grupo trabajando juntas.

Los miembros del grupo de supuesto básico se unen por “valencia” común y eso los hace continuar siendo miembros.

Los elementos que conforman al grupo son:

  • Los individuos
  • La cultura del grupo como una “pantalla de proyección” que es una instancia entre las necesidades individuales y la mentalidad del grupo
  • Mentalidad grupal: más ligada a la contribución anónima que hace cada miembro, acá aparece el fenómeno de masas y es más inconsciente.

En el grupo de supuesto básico, el líder, como el padre de la horda o el líder de la masa, cobra un papel determinante. Se espera de él toda provisión y providencia, ha de ser quien calme las ansiedades y satisfaga las necesidades básicas dando seguridad y entregando lo necesario para el funcionamiento del grupo. Debe pautar y acercar la organización mínima que permita la convivencia entre los miembros que necesitan que la ley les venga desde afuera, los miembros del grupo se encuentran en una posición narcisista.

Además el lenguaje verbal se hace muy simple y casi no tiene peso porque al ser un grupo de carácter narcisista el individuo entra en estado de regresión y “se chupa el dedo”, y cada individuo retrocede en sus capacidades, ya que el grupo debate problemas de índole intelectual que fácilmente el individuo podría responder sin problemas de estar solo.

Dice Bion:

El grupo es completamente incapaz de enfrentar sus propias tensiones emocionales, sin creer que dentro de él hay una especie de Dios que es enteramente responsable de lo que sucede.[1]

En varias oportunidades de las sesiones comentadas por Bion, el grupo estuvo a punto de “matar”, “comerse” o “exiliar” al líder, si bien no existía formalmente un líder nombrado, al principio se dirigió la hostilidad a Bion; en otras oportunidades, a alguno de los miembros que parecía erigirse por sus actitudes en líder ocasional, y esto era debido a que no respondía a sus demandas del grupo y requerimientos básicos. Situación en paralelo al uso y costumbre de varios pueblos primitivos respecto del trato a los gobernantes ejemplificados por Freud en Tótem y tabú[2].

Bion apunta acerca de la colaboración de los miembros del grupo que:

En la mentalidad grupal el individuo encuentra un medio de expresar las contribuciones que quiere hacer en forma anónima y, al mismo tiempo, el mayor obstáculo para la realización de los objetivos que desea obtener a través de su pertenencia al grupo.[3]

De esta manera el autor muestra lo que genera el grupo desde su forma de dependencia tanto en lo que hace a la seguridad, pero también en lo que hace a la frustración individual. Aparece la ambivalencia: seguridad y frustración.

El grupo es un medio esencial para que cada individuo desarrolle su vida mental y pueda prepararse para las tareas vitales de la economía y de la guerra, aspecto este antes descripto por Freud. Pero también el grupo en su naturaleza —comenta Bion— genera que se satisfagan ciertos deseos y que otros del individuo se frustren por el bien común. Porque la necesidad fundamental del grupo es la supervivencia del grupo por eso necesita un líder que lo conduzca: sea en el ataque, sea en la huida porque el grupo se reúne para alcanzar seguridad recibida de un individuo de quien depende.[4]

Por esta dinámica del ataque defensa, el grupo necesita hacerse enemigos. Al igual que en el origen tribal. La dinámica ellos/nosotros cohesiona el grupo y lo lleva a la guerra. Por eso en las tribus primitivas también había un trato especial hacia el enemigo a quien se lo respetaba con cierta delicadeza.[5]

El grupo de ataque fuga se puede romper por las relaciones de emparejamiento dentro de él.[6] La forma de protegerse primitiva se daba mediante el tabú sexual, ley referida a la endogamia, en particular al incesto.[7]

Un mecanismo que aparece en los grupos es la llamada por Klein identificación proyectiva. Bion destacará las siguientes cualidades de los supuestos básicos los cuales son los siguientes: 1) son variables (pasa de dependencia a ataque/fuga y emparejamiento); 2) fijan el statuo quo ya que toda idea nueva es atacada; 3) no existe el Tiempo y la Evolución; y 4) el lenguaje es usado como descarga[8]. Elementos que se replicaban en la horda y la tribu.

Notas al pie

[1] Bion, R. (1979). Experiencias en Grupos (p. 37). Buenos Aires: Paidós.

[2] (2007). El tabú de los gobernantes. En J. L. Etcheverry (Traduc.), Obras Completas: Sigmund Freud (Vol. 13, pp. 48-57).

[3] Bion, o.c. p. 48.

[4] Cf. p. 58.

[5] Freud, o.c. pp. 43-48.

[6] Bion, o.c. p. 63.

[7] Ibíd, pp. 11-26.

[8] Bion, o.c. pp. 124ss.

Bibliografía

Bion, R. W. (1979). Experiencias en Grupos. Buenos Aires: Paidós.

Freud, S. (2007). Tótem y tabú. Algunas concordancias en la vida anímica de los salvajes y de los neuróticos. En J. L. Etcheverry (Traduc.), Obras Completas: Sigmund Freud (Vol. 13, pp. 1-192). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado 1913 [1912-13]).

Acerca del autor

Juan Antonio Buere

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