NÚMERO 27 | Mayo 2023

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El Centro Rascovsky hoy | Raquel Spivak y Claudia Foks

El Centro de Orientación e Investigación Comunitaria Dr. Arnaldo Rascovsky cumplió 25 años. Fueron 25 años de trabajo clínico, de intercambio entre colegas y de compromiso con la tarea. Festejamos la historia y el presente de un Centro que creció, que está activo y que da cuenta de que el psicoanálisis está vivo.

Este año el Centro de Orientación e Investigación Comunitaria Dr. Arnaldo Rascovsky cumplió 25 años, allá, desde su creación en 1997. Celebramos con mucha alegría este acontecimiento.

EL desarrollo y crecimiento que el Centro tuvo a lo largo de estos años fue a partir del aporte, del compromiso y de las experiencias de cada uno de los profesionales que pasaron por él.

La tarea de nuestro Centro circula por tres ejes: el clínico, la actividad comunitaria y la investigación. Quienes lo integramos, somos todos colegas de la AEAPG: psicólogos, psiquiatras y supervisores de larga y reconocida trayectoria.

Actualmente, tiene los siguientes equipos:

Niños, Adolescentes y Adultos Jóvenes, Adultos, Adultos Mayores, Familia y Pareja, Diálogos Clínicos, Comunidad y Seminario de Práctica Clínica

Semanalmente, recibimos adultos, adultos mayores, adolescentes, niños, familias y/o parejas a quienes llamamos consultantes y a quienes orientamos y derivamos a colegas de nuestra institución. Estos tratamientos tienen la peculiaridad de realizarse en los consultorios de los profesionales y, a partir de la pandemia, implementamos la modalidad online. Desde entonces utilizamos tanto la virtualidad como la presencialidad de acuerdo a los requerimientos de la situación clínica.

Nuestra Asociación se caracteriza por ser una Institución pluralista, marca fundante que sostiene el quehacer del Centro. Así es que los profesionales intercambiamos desde distintas líneas teóricas, lo cual deviene en enriquecimiento a la hora de pensar la clínica.

Cada terapeuta tiene la posibilidad de conducir los tratamientos con el abordaje propio de su formación, y las supervisiones, el trabajo en equipo con los coordinadores y los colegas son los que muchas veces hacen acomodar o modificar ciertos dispositivos.

Estos profesionales conforman Equipos de reflexión sobre la clínica, según la franja etaria, y tienen encuentros periódicos y sostenidos a lo largo del año. Este es un aspecto de vital importancia en nuestro Centro: la posibilidad de pensar con otros en paridad. Destacamos la potencia de lo grupal para abordar situaciones clínicas y los efectos que este procesamiento tiene en ella.  En este sentido, cobran relevancia estas palabras que solemos decir: «Somos muchas cabezas pensando en un paciente». Los analistas sabemos de la soledad del consultorio, por ello, un espacio entre colegas hace a nuestra formación como analistas. Si tomamos en cuenta el trípode freudiano, estos encuentros serían la cuarta pata del trípode.

Consideramos que este intercambio y la pertenencia grupal funcionan como una red de sostén, y un entramado que permite el procesamiento de las complejidades que se presentan en nuestra práctica.

Nos proponemos un trabajo de interrogación permanente de las teorías que sostienen nuestra práctica. Para esto, armamos ateneos, presentamos trabajos en actividades científicas, ya sean Jornadas y Congresos, aportando materiales clínicos y desarrollos teóricos que nos permiten dar cuenta de nuestras prácticas, y producciones.

Como decíamos al principio, el Centro creció haciendo experiencias, y los movimientos o virajes que se hicieron fueron a partir de la detección de obstáculos, de necesidades o de cambios. Armamos nuestros ateneos internos y se afianzaron e instituyeron cuestiones con relación a la historia clínica, al diagnóstico presuntivo (DSM y CIE10) y al consentimiento informado.

Para esto fue necesario estudiar y aprender sobre la Ley de Salud Mental, los derechos de los pacientes y el nuevo código civil.

Desde hace unos años, en el Centro funciona el Seminario de Práctica Clínica Supervisada. Para el armado de este equipo, trabajamos junto con la Secretaría Académica, ya que es una propuesta dirigida a nuestros alumnos que están cursando las últimas materias de su formación. En este seminario, tienen la posibilidad de atender un paciente con supervisiones quincenales y con todo el acompañamiento que el equipo les brinda.

El Equipo de Comunidad hace muchos años que cuenta con subsidios del Gobierno de la Ciudad, para llevar adelante proyectos en Centros de Primera Infancia (CPI). Asimismo, el equipo brinda capacitaciones y realiza intervenciones en distintos ámbitos comunitarios.

Trabajamos junto a la Secretaria Interinstitucional, y recibimos pasantes de distintas universidades quienes participan de supervisiones y reuniones de los equipos clínicos. A partir de un convenio firmado con la Cátedra de Clínica con niños y adolescentes de la Universidad de Buenos Aires (UBA), ofrecemos un espacio de formación para los alumnos. Estos encuentros posibilitan informar y difundir nuestra Asociación entre futuros colegas

En cuanto a la formación, podemos pensar en un analista que se va haciendo una posición, en el mejor sentido winnicottiano. Este ir haciéndose es inevitablemente singular ya que es el resultado de un trayecto en el cual se conjugan los debates de cada analista con la clínica, con las lecturas, con su historia, su análisis personal. Y enfatizamos el intercambio entre colegas como un aspecto fundamental en este devenir. Los otros, como función de sostén, cobran relevancia, sobre todo, frente a situaciones clínicas que conmocionan, que plantean algo del orden del desafío. En este sentido, hacemos nuestras las palabras de Freud: «Es muy difícil ejercer el psicoanálisis en calidad de solitario: pues se trata de una empresa exquisitamente comunitaria. Y, en cualquier caso, sería mucho mejor que todos rugiéramos o aulláramos a coro y en armonía, en lugar de que cada cual se limite a gruñir desde su rincón». (Freud, 1925, «Las resistencias contra el psicoanálisis»)

Y, para finalizar, una referencia a Nasio. Nos dice este autor que, a lo largo de la vida, un analista va cambiando, pero hay dos cosas que deben permanecer intactas: el deseo de ir hacia el otro para serle útil y la capacidad de dejarse sorprender.

El nuestro, es un Centro con historia, viviente, activo. Psicoanalistas trabajando, construyendo experiencias,  comprometidos con la clínica, dejándose asombrar, trabajando en los consultorios, haciendo intervenciones en ámbitos comunitarios, intercambiando con colegas.

Psicoanalistas trabajando… Esa es la certeza de que el psicoanálisis está vivo.

Acerca del autor

Raquel Spivak

Raquel Spivak

Claudia Foks

Claudia Foks

Comentarios

  1. Un Centro comprometido con el psicoanálisis en sus expresiones comunitarias. Y a cargo de excelentes coordinadoras y colegas… Felicitaciones por esta nota

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