NÚMERO 21 | Mayo 2020

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Avatares de la transferencia | Hernán Lago

Trabajo presentado en la «Jornada de Alumnos AEAPG» organizada por la Secretaría Académica para los alumnos de los Posgrados de Especialización y Maestría en Psicoanálisis y del Curso Superior en Psicoanálisis con Niños y Adolescentes, septiembre 2019.

Introducción

Mediante el recorte de un caso clínico y su ulterior desarrollo, intentaremos plasmar los avatares que presenta la transferencia, pese a las reglas y sugerencias dadas al paciente, al comienzo del tratamiento.

El siguiente trabajo fue pensado en dos tiempos: uno, como trabajo para la asignatura de Técnica freudiana de la Maestria en Psicoanalisis de la AEAPG en convenio con la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) y, otro, para ser presentado en las Jornadas anuales de alumnos de la Asociación.

Nos valdremos de contenidos estudiados a lo largo de la cursada de Teoría y técnica freudiana II de la Maestría en Psicoanálisis. Específicamente los textos serán “Sobre la iniciación del tratamiento” y la “27º conferencia. La trasferencia”. 

Recorte Clínico

Se presenta un recorte de material clínico, con su ulterior desarrollo, para indagar sobre los avatares de la transferencia en torno al comienzo de un tratamiento. Con el fin de mantener la confidencialidad del caso, se han seleccionado elementos teóricos vislumbrados en el proceso de tratamiento, dejando por fuera el contenido subjetivo del mismo.

Se trata del caso de un hombre de 41 años que presentó episodios aislados de angustia que producen una cierta inhibición en el desarrollo de su cotidianeidad, en determinados momentos del año, que asimismo se encuentra medicado. El paciente no se encontraba en un espacio de análisis ni psicoterapéutico hasta el momento, y solo había concurrido a la consulta del analista por su función y título en psiquiatría.

En la sesión acordada, el psiquiatra, futuro analista, indica la importancia de un espacio psicoterapéutico que acompañe al tratamiento psicofarmacológico. El analizante expresa que le gustaría que fuera el mismo profesional quien lo haga y entonces el analista le indica que realice el tratamiento psicofarmacológico por fuera.

Le informa las normas del encuadre y le explica al analizante que debe decir todo lo que se le cruce por su mente, que trate de no emitir juicios de valor ni avergonzarse por lo que vaya surgiendo.

El analizante, luego de varias sesiones, hace referencia a su padre y dice que considera que él no encarnaba su rol ni las responsabilidades que su función le exigía. Con relación a esto, relata situaciones de su infancia en las que su madre entraba en raptos de ira y que su padre se retiraba de la escena cuando ella acometía contra él. Esto marcará la dicotomía entre la función paterna y la ejercida por su padre.

El analizante trae un recuerdo donde se despliega la escena edípica cuestionando su lugar y el de su padre frente a la madre. Más adelante, sin saberlo, cuestiona el lugar al analista cuando superpone y repite las escenas. A sabiendas de que él se desempeña asimismo como psiquiatra y, pese a las normas del encuadre expuestas en un principio, le impone que haga recetas tergiversando el rol que ejercía en ese espacio.

Frente a esto el analista interviene marcando la superposición escénica y, en sí, la transferencia, y la semejanza que se presentaba entre su padre y lo que él adjudicaba del mismo en la figura del analista. El analizante, en un primer momento, no encuentra relación con la intervención.

Desarrollo

La elección de este recorte de un tratamiento clínico en proceso, no es aleatoria ni azarosa, ya que pensamos que en este breve fragmento queda plasmado en forma evidente las variaciones que puede presentar la transferencia, y como la resistencia puede usarla a su favor.

En primera instancia, podemos decir que, incluso, cumpliendo con las recomendaciones dadas por Freud: “… unas reglas de juego que cobraran significado desde la trama del plan de juego”, la variedad y diversidad que presentan los fenómenos psíquicos impiden una estandarización o una protocolización del tratamiento brindado, por un lado, una libertad extraordinaria al momento de intervenir y, por el otro, no permite una previa distinción, clara y precisa, en lo que debería ser una buena y una mala intervención; esto solo se dará con los efectos que produzca.

Las recomendaciones dadas por Freud[1] son una guía importante para prevenir problemas futuros los cuales pueden caer bajo el hechizo de la resistencia; es así que, ante la indicación de una psicoterapia y la pregunta por si la puede ejercer el mismo psiquiatra que estaría a cargo de la medicación, la recomendación sería que esto no suceda y que busque otro profesional, ya que el tratamiento orgánico —en este caso farmacológico— puede entrar al servicio de la resistencia ocupando la sesión destinada a la terapia psicoanalítica.

Freud dirá: Tratamientos combinados a causa de un padecer neurótico con un fuerte apuntalamiento orgánico son casi siempre impracticables. Tan pronto uno les muestra más de un camino para curarse, los pacientes desvian su interes del análisis”[2]. Si bien refiere la postergación del tratamiento orgánico de ser posible, el paciente en cuestión comenzó el tratamiento en busca de un psiquiatra y no de un psicoterapeuta, por lo que una derivación a otro profesional pareció ser lo que se ajustara más a las recomendaciones freudianas aplicadas al caso puntual, sin tomar esta recomendación como una regla dogmática.

Asimismo, es importante destacar, en primera instancia, que una regla cobra el valor de regla fundamental cuando el tratamiento no puede llevarse a cabo sin esta; el pilar por el cual se puede comenzar una cura psicoanalítica del lado del paciente es su compromiso a la asociación libre en donde debe decir al analista todo lo que se le ocurra, sin emitir un juicio de valor sus asociaciones.

Es importante la diferenciación de la terapéutica con una “charla de café”, aquí no es obligatorio la coherencia y la idea directriz en el discurso, no debe evitar “irse por las ramas”, sino, muy por el contrario, debe referir todos los pensamientos colaterales e ideas paralelas que le surjan, ya que en la asociación de estos pensamientos es donde buscamos los retoños del inconsciente. Cuando, por diferentes razones, el paciente decide omitir algo en su discurso, sin duda algo de su verdad se esconderá allí y la omisión, por más que se piense que es muy tonto para decirlo en el tratamiento o sea una omisión por vergüenza, sin duda el juicio estará trabajando a favor de la resistencia.[3] Por otro lado, queda claro en el recorte, las variaciones que puede presentar la transferencia y sus diferencias con la sugestión en los tratamientos hipnóticos.

Observamos como en el momento de la derivación para un tratamiento psicofarmacológico, el paciente hace loas al psiquiatra, quien no las toma como algo personal conociendo la naturaleza de la transferencia, donde “al menos hay tres”[4], y donde también fueron colocadas en la figura del médico esperanzas, así como las ventajas y revelaciones que podría traer una cura.[5] El paciente, en esta clara transferencia positiva, asocia libremente, brinda material para el trabajo analitico y se mantiene fiel a este.

Posteriormente, ante una intervención puntual, sobre la competencia edípica, la transferencia cobraría otro tinte, en donde la cadena asociativa no continuaría y, en un segundo tiempo, traslada las mociones pulsionales para con el padre al analista

Con esto se develarán las diferencias presentes entre el tratamiento hipnótico, predecesor del tratamiento analitico, y el tratamiento psicoanalitico. El primero se ocupa de acallar los síntomas, de taparlos —función semejante a algunas prácticas psicológicas actuales— mientras que el segundo busca develar algo de los procesos anímicos del sujeto.

La primera utiliza la sugestión para prohibir los síntomas, refuerza las represiones, pero deja intactos todos los procesos que han llevado a la formacion de sintoma. La terapia analítica hinca más hacia la raíz, llega hasta los conflictos de los que han nacido los síntomas y se sirve de la sugestión para modificar el desenlace de estos conflictos.[6]

 

Otra diferencia fundamental es que en la transferencia analitica se trabaja sobre esta misma, ya sea positiva o negativa, se hace uso para la continuidad del tratamiento. Es así como es menester trabajar sobre la transferencia negativa si esta se despliega en el curso de un análisis.

A partir de lo descrito, en un escenario ideal, las resistencias pueden comenzar a encaminarse con relación al analista, pudiendo desplazar la libido puesta en los síntomas a la figura del terapeuta. En la transferencia, comenzarán a gestarse síntomas y a replegarse los que lo condujeron a la consulta. Comenzarán a reversionar conflictos de la historia del paciente en la relación transferencial que gestarán un nuevo campo de batalla, la enfermedad de transferencia.[7]

Con el recorte de este caso, se intenta mostrar los avatares de la dinámica de la trasferencias puesta en juego y cómo hay que trabajarla para que la continuidad del tratamiento sea posible.

Notas al pie

[1] Ibid., p. 121-144

[2] Ibid., p 138

[3] Ibid., p.136.

[4] Lacan, J. (2007). La dirección de la cura y los principios de su poder. En J. Lacan, En: Escritos 2 (pp. 565-626). Buenos Aires: Siglo Veintiuno.

[5] Freud, S. (2008). 27° conferencia. La trasferencia [1916-17]. Obras Completas: Sigmund Freud (Vol. 16). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado 1917 [1916-17]), p. 400.

[6] Ibid., p. 410

[7] Ibid., p. 414

Bibliografía

Freud, S. (2008). Sobre la iniciación del tratamiento (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, I). En J. L. Etcheverry (Traduc.), Obras Completas: Sigmund Freud (Vol. 12, pp.121-144). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado 1913).

Freud, S. (2008). 27° conferencia. La trasferencia [1916-17]. Obras Completas: Sigmund Freud (Vol. 16, pp. 392-407). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado 1917 [1916-17]).

Lacan, J. (2007). La dirección de la cura y los principios de su poder. En J. Lacan, En: Escritos 2 (pp. 565-626). Buenos Aires: Siglo Veintiuno.

Stahl,. S. M. (2018). Guía el prescriptor ( 6º ed.). Madrid: Aula Médica

Acerca del autor

Hernán Lago

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