La Tesis trata acerca de la orfandad mental, como consecuencia del duelo congelado, en hijos de desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar de 1976-1983, en Argentina.
El Objetivo General es describir las consecuencias que trae aparejada la desaparición de sus padres en la tramitación del duelo de los hijos. Del mencionado objetivo se desprenden dos objetivos específicos: – Describir los procesos duelo, su relación con el conocimiento y sus consecuencias, la función de la memoria, los ritos y los símbolos; -Describir las características de los distintos tipos orfandades, en relación al conocimiento y los efectos subjetivos en el proceso de duelo.
Con un diseño de carácter descriptivo, que responde al paradigma interpretativo desde un enfoque cualitativo, la presente investigación comporta el tratamiento hermenéutico de textos psicoanalíticos y documentos, articulados a viñetas clínicas que ilustran la singularidad del “caso por caso”.
Dentro del marco conceptual psicoanalítico, explora dimensiones tales como: la catástrofe social ocasionada a partir de un genocidio; las rupturas que éste provoca; el poder imperante en dicha situación, poder tanático, con prácticas similares a las utilizadas por el nazismo, un modelo represivo de asesinato, tortura, con la particularidad siniestra de la desaparición forzada de personas. Situación con consecuencias dramáticas en el entramado social y en la subjetividad.
Los significantes que dan cuenta del terrorismo de Estado sufrido han sido la desaparición de personas, y la apropiación de bebés. La tortura y la desaparición son ambos representantes del otro convertido en objeto de odio y destrucción. La tortura humana es un acto de búsqueda de destrucción, ataca el cuerpo del otro y busca la devastación psíquica. La apropiación de bebés, produce una alteración de la identidad, desarticulando el lazo familiar y produciendo una nueva desaparición: la desaparición de la historia, del linaje. La violencia ejercida por el terrorismo del Estado empleó todos los métodos a su alcance para terminar con las alianzas sociales, produciendo consecuencias en la trama subjetiva y comunitaria.
La catástrofe social ocurrida, trajo una ruptura de las formaciones intermediarias entre la realidad psíquica del sujeto singular y la realidad psíquica del conjunto. No se produjo una renuncia pulsional; se rompieron las alianzas entre los sujetos sociales: el contrato narcisista y el pacto denegativo; así es que resulta indispensable la restauración de estos para favorecer la organización del conjunto, -lo que también incide en lo intrapsíquico-. Un pacto denegativo tóxico, instaló el silencio y la negación de lo ocurrido, dando lugar así a una lógica de la repetición social.
Asimismo, quedó establecido en esta indagación que la existencia de movimientos negacionistas en la actualidad, conlleva el riesgo de repetición de la historia: dificultando la tramitación del duelo social como también el personal, toda vez que la negación de lo ocurrido incide en el cuerpo social pero también en lo intrapsíquico. Impidiendo apropiarse de la historia personal y colectiva, así como de la posibilidad de representación.
Se analiza luego desde lo intrapersonal, el trauma, el desamparo extremo y sus efectos. Los efectos de la ruptuta temporal y la posibilidad de repetición. El duelo con sus particularidades cuando el objeto perdido se encuentra ausente; cuando el objeto está presente, en la madre muerta de Green, y cuando el objeto esta desaparecido. La imposibilidad de saber, la imposibilidadd de ritos funerarios trae efectos en el psiquismo. Las características del duelo congelado donde los juicios de atribución y negación están obstruido. Las orfandades adquieren particularidades en cada caso.
Derivan los siguientes interrogantes: ¿Qué procesos subjetivos operan en el duelo de los hijos, al tener impedido el conocimiento del destino de sus padres y no poder darles sepultura?; y ¿Qué características adquiere el duelo de los hijos de desaparecidos al tener que duelar, no ya a un objeto perdido, sino a un objeto “desaparecido”?
Luego de abordar el estudio de la construcción de símbolos, y la permanencia de estos a lo largo de la historia; de la función de los ritos y la memoria; así como de los efectos de devastación ocasionados por las vivencias de terror; y habiéndose ahondado en los distintos tipos de orfandades, los distintos procesos de duelo y su relación con el conocimiento, quedó determinado que:
Los niños pequeños que presenciaron la desaparición y la tortura de sus padres, y que también fueron prisioneros-desaparecidos, han padecido extremas violencias traumáticas. Asimismo, que tales experiencias, por haber sobrepasado su comprensión, han resultado extremadamente perturbadoras, y que los efectos de lo vivido dejaron espacios imposibles de elaborar y de representar, comportando el riesgo de transformarse en un vacío abarcador de toda la subjetividad. En suma, que esta violencia traumática lleva a congelar las imágenes parentales, lo que deviene en un duelo congelado.
En los Anexos A y B del presente Trabajo de Investigación, se observa la manifestación en la clínica, donde se hace presente lo más terrorífico, las zonas devastadas, que se actualizan en la transferencia, sin palabras, en los silencios y en el cuerpo. La técnica psicoanalítica debe adaptarse a las deficiencias del Yo que se despliegan en la transferencia; sin intrusión, como podría suceder con un empleo prematuro de la interpretación, con la posibilidad de proveer un ambiente de amparo y contención; donde la voz funciona como continente, que le otorga una envoltura psíquica que lo rescate del abismo. Esa envoltura sonora protectora, que posibilita salir de ese vacío que irrumpió, sin tiempo y sin espacio, para reencontrarse con «este» presente, y no con «ese» pasado traumático, caótico. Conformar un continente para que la vivencia de caída pueda ser contenida.
Funcionando como espejo del paciente, devolviéndole -en espejo- la mirada depositada en la persona del paciente/niño se produce una restauración de los continentes externos que colaboran en la reconstrucción de los continentes internos. Es necesario poder hacer “uso del objeto-analista” que permitan alojar, contener, otorgar un holding.
La transferencia de lo no dicho, de lo sabido no pensado, requiere que el analista pueda convertirse en ese espejo que le devuelva su imagen, que pueda poner palabras de la vivencia y de las emociones sufridas, ante un extremo desamparo.