Introducción
Desde sus comienzos, la teoría psicoanalítica, puso el énfasis en el trauma como disparador de diversas patologías. Las diferentes temporalidades vinculadas a lo traumático en el interior del discurso psicoanalítico, explicitan que no existe una, sino múltiples nociones de trauma y su participación en diferentes funcionamientos psíquicos; en especial, los referidos a trastornos narcisistas y su pendulación entre defensas referidas a la represión y a la escisión.
Esta investigación colabora en la evaluación de la incidencia y efecto de traumas, tanto en el despliegue de formaciones delirantes, como así también en su influencia en la estructuración psíquica en el adulto y la función de la sintomatología en relación al orden del contenido de lo traumático. Analiza el abordaje terapéutico necesario para el caso, y luego, la posibilidad de considerar la función y efectos del trauma en el funcionamiento psíquico.
La indagación, tiene su base, en un caso clínico en consultorio privado de una paciente joven adulta de 26 años que tuvo un desencadenamiento delirante producto de una situación traumática protagonizada por un familiar cercano. A partir de esta escena traumática, se generó en la paciente, un estado de desorden psíquico, compuesto por momentos de aceleración maníaca, y la consiguiente edificación de ideas delirantes de orden religioso y erotómano, junto a formaciones alucinatorias.
Para la resolución del problema de investigación planteado, se analizó la función que cumple el desencadenamiento de un desarrollo delirante frente a una situación traumática, y cómo se determinan los indicios de esa formación patológica en lo relativo al impacto de la vivencia acontecida. Otro de los puntos que se indagaron, en relación al tiempo transcurrido frente al evento traumático y el desarrollo de las ideas delirantes y alucinatorias, son las tendencias predisponentes a enfermar en este caso particular, junto con la evaluación de tipos de defensa psíquicas utilizadas como intento de huida de la realidad traumatizante. Se describen los aspectos subjetivos y ambientales como colaboradores en la eclosión sintomática, y, por último, se interpretan las ideas delirantes para darle forma al contenido psíquico; lo que permite pensar la técnica psicoanalítica en el marco de las patologías psicóticas o narcisistas.
La relevancia desde la clínica, está dada por la falta de investigaciones que expliquen la influencia de traumas producidos en la adultez que desencadenan determinadas defensas en diferentes tipos de estructura psíquica, y la importancia de la determinación del funcionamiento psíquico en los pacientes.
La hipótesis planteada es: El delirio de una paciente de 26 años en tratamiento psicoanalítico entre 2014 y 2016, se habría desencadenado a partir de una experiencia traumática vivida en la adultez. Tiene como motor de interrogación, las sesiones de tratamiento psicoanalítico de una paciente joven adulta que transitó un trauma, y luego, desarrolló un delirio. Como punto importante del análisis, tuvo una remisión de la sintomatología, que permitió la evolución normalizada de su vida personal. A partir de estas observaciones se determinaron los siguientes objetivos específicos:
Conocer la función del delirio en una paciente de 26 años que transita un trauma. Determinar los indicios que vinculan la vivencia traumática con el contenido del delirio. Determinar el tiempo transcurrido desde el accidente hasta la eclosión sintomática. Identificar la combinatoria de hechos particulares que dan lugar al trauma. Conocer la función que cumple la formación delirante en una paciente adulta joven que transitó un trauma. Describir qué sucede con el funcionamiento de las defensas psíquicas frente a una experiencia traumática.
Desarrollo
La teoría psicoanalítica fundada por Sigmund Freud, plantea cómo el psiquismo realiza intentos de ligazón de las excitaciones provenientes de situaciones traumáticas, muchas de las cuales inundan el aparato psíquico, activando defensas regresivas que, en ocasiones, lleva al sujeto a una desintegración de sus funciones psíquicas.
El caso de la paciente que incentivó la presente investigación, tiene como colorario el atravesamiento de una situación traumática, donde se desencadena la electrocución y posterior muerte de un familiar, presenciada por varios integrantes de la familia, entre los cuales se encontraba ella. La situación traumática tiene un tenor muy confuso, ya que no quedan claros los motivos reales que llevaron a la muerte de su hermano, siendo la paciente acusada de no accionar bien el interruptor de luz, y por consiguiente pasa a ser el núcleo de acusaciones sobre ese fallecimiento. A partir de ese momento, comienza a experimentar una disposición anímica depresiva que luego eclosiona en un estado maniaco junto con producciones delirantes y alucinaciones. Estas últimas tenían como contenido brujas, extraterrestres y muertos vivos, todas teñidas de sentimientos de terror. Las producciones alucinatorias visuales tenían como contenido imágenes de “muertos vivos” que se plasmaban en la Tv, las personas tenían ojos de extraterrestres y apariencia de brujas. Se adhieren también, otro tipo de alucinaciones como, las luces como vía láctea, y al pasar por el jardín de su casa, experimentaba extremo temor porque lo vivenciaba como “un lugar de muerte”. Las alucinaciones estaban acompañadas por un estado de aceleración e intenso miedo. También enviaba mensajes escritos a través de su celular con contenido religioso en las redes. Otros síntomas eran: dificultad intensa para dormir, y falta de registro del hambre.
La sugerencia de emprender un tratamiento en consultorio particular, es dada por el profesional, médico especialista en psiquiatría, que atendió a la paciente en su breve internación de 10 días en un Hospital Psiquiátrico Público; considerando las características precarias de la institución, donde no había una sectorización por gravedad psicopatológica, indica la externación y correspondiente tratamiento ambulatorio. En la internación presentó un delirio erotómano, volcando toda la proyección de ese enamoramiento en una compañera que ella veía como un “varón”, a pesar de que su familia le aclaraba la situación. También se encontraba atemorizada en el lugar, porque sus compañeras presentaban delirios de mayor complejidad.
La paciente conservaba capacidad para transmitir su sufrimiento, característica que fue de gran valor para su progresión hacia la mejoría. Se pudo detectar varios motivos de consulta que convergían en el hecho traumático: la vivencia de la situación traumática impactante; el desencadenamiento delirante posterior al hecho; la involución en la internación psiquiátrica; y un aspecto no menos importante, la capacidad para transmitir lo que le sucedía a pesar del contenido psíquico desorganizado. A nivel familiar, la contención era precaria, tanto por características deficitarias a nivel del entendimiento simbólico, como por la incapacidad de brindarle un sentido menos delirante y proyectivo a la situación que impidiera la continuidad confusional de la paciente.
Al inicio del tratamiento, la paciente acude al consultorio con un cuadro intenso de angustia y desorganización ideativa, junto con verborragia, aceleración psicomotriz, y temblor en las manos producto de la medicación. Dado el cuadro, se indica una frecuencia semanal de tres sesiones para poder organizar un seguimiento del cuadro psicopatológico y armar una ilación de los hechos desorganizados a nivel psíquico. Siendo el objetivo principal la contención y la habilitación para el despliegue de los pensamientos que conllevan la continua elaboración del duelo y el acercamiento a la realidad
La primera formación delirante que presentó a nivel del pensamiento corresponde al Mantra Budista “Nam Myoho Renge Kyo es la verdad”. En esta afirmación que realiza la paciente, la realización alucinatoria de deseo, encubre dos vertientes: Por un lado la que corresponde al cumplimiento de deseos, mediante el mecanismo de la negación, desmiente la situación traumática de la muerte de su hermano, haciendo factible de forma alucinatoria su aparición en vida; por otro lado, el contenido traumático, en donde zombis, fantasmas y duendes, son representantes de cosas que no tienen una existencia comprobable, y reafirma así junto al contenido amenazante que acompaña estas imágenes, el fracaso del intento de restitución y reconstrucción de la realidad perdida. La muerte no tiene una inscripción en el aparato psíquico.
Otra de las producciones delirante con tintes megalómanos correspondía a ser la representante de Buda. Posiblemente este tipo de formación, es un intento de acallar el sadismo superyoico frente a las fantasías de destructividad que quedaron instaladas ante el hecho acusatorio de la situación traumática. Intento de reparación en acto sobre la base de la certeza absoluta como mecanismo de funcionamiento psíquico. Continuó con mensajes donde enviaba fotos en ropa interior, luego comenzó a visualizar a las personas con ojos de extraterrestres, brujas que salían de la Tv y enanos que podían violarla. El mecanismo de proyección como base de todas estas formaciones delirantes.
El restablecimiento de la conexión psíquica con el Criterio de Realidad, se sostuvo en las siguientes indicaciones: frecuencia alta de sesiones de análisis, realizar una actividad física, y comenzar a rendir de a una materia de la Carrera de Grado que cursaba antes del hecho, para lograr la reconexión con la realidad. También se estableció la reconstrucción en análisis de los hechos y el chequeo comparativo con la realidad.
En los siguientes capítulos, se puntualizan conceptos aplicados al caso clínico, y se despliega la teoría en el marco del tratamiento psicoanalítico, ampliando el campo de desarrollo de las teorías frente a una patología que excede los límites de la neurosis.
En el capítulo 1, titulado Trauma, se profundiza el concepto de trauma psíquico, siguiendo los lineamientos teóricos de Freud, para luego acoplar nuevos estudios del tema que se desarrollaron con posterioridad.
A tal fin, se describen, además, los siguientes puntos: trauma psíquico, defensas psíquicas, series complementarias, y trauma psíquico en la adultez.
En el capítulo 2, se describe el concepto Delirios, junto con las condiciones delirantes de su conformación psicopatológica. Se diferencia entre delirio y formaciones delirantes, conformación y procesos de producción de delirios, función del delirio en la psicosis, y contenidos delirantes. En el capítulo 3, se desarrolla el concepto de Psicosis: diferenciar psicosis de trastornos narcisistas, tipo de defensas utilizadas para la formación sintomática, y funcionamiento de la estructura psíquica en la enfermedad. En el capítulo 4, se describe la escena traumática y el origen del desencadenamiento de un cuadro delirante. También tiene como objetivo, el análisis y la articulación con los conceptos desarrollados anteriormente, que colaboraron en el análisis teórico-clínico de la situación de la paciente. Por último, el capítulo 5, concierne a las Conclusiones que, integradas a los aportes de la clínica actual, promueven a analizar y continuar formulando interrogantes sobre los posibles y futuros desarrollos en psicoanálisis.
Conclusiones
El interés del presente desarrollo tiene su base en el abordaje de pacientes con estados psíquicos de desorganización funcional que no se enmarca en diagnósticos estáticos. Se aplicó el análisis funcional a partir de los movimientos psíquicos que se iban produciendo en el transcurrir de las sesiones, sin encasillamientos rígidos de nomenclaturas psiquiátricas. Las características del dispositivo utilizado se enmarcan en la contención y en la interpretación del funcionamiento psíquico junto con los contenidos afectivos para reconducirlos a las representaciones correspondientes. Se analizaron los contenidos delirantes en el marco de la Teoría Freudiana en lo concerniente a la técnica de interpretación y construcción de los sueños Otros aspectos importantes trabajados son: colaborar en el ordenamiento del pensamiento; promover su reconexión y contraste con la realidad y dar lugar a la reintroyección de los hechos contrastados con las formaciones delirantes, como modo de diluirlos
El ordenamiento del encuadre de las sesiones, también operó como forma de continuidad del trabajo psíquico y contención frente al acercamiento de algún material que pudiera generar desborde. También se realizaron entrevistas vinculares familiares.
La riqueza de la Teoría Psicoanalítica con sus variadas herramientas permite intervenir para el entendimiento del sufrimiento psíquico de sujetos que transitaron situaciones traumáticas y deben elaborar un postrauma.
El encuadre, permite crear para cada individuo, un dispositivo acorde a sus necesidades, que conduzca a la mejoría y restablecimiento de su salud mental.
Este trabajo comprueba la hipótesis referida a que el trauma obró como entidad desorganizante a nivel psíquico en la paciente; pero también logró elucidar, evaluando otras situaciones suscitadas con antelación a nivel familiar, que había antecedentes predisponentes para que pudiera suceder un evento traumático como el acontecido. Mediante el trabajo en sesiones, la paciente logra trabajar la detección del peligro, como forma de acercamiento a la realidad, aspecto no instalado a nivel familiar.
La locura, el delirio y la alucinación, conforman un lenguaje que no queda exento de la intervención psicoanalítica.