NÚMERO 19 | Mayo 2019

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Entrevista a Liliana Diament | Irma Isabella

Cálida y con sentido del humor, Lili Diament nos invita a conocerla en esta entrevista que inicia historizando sus inicios como analista. Se recibió una semana después de que Raúl Alfonsín asumiera su presidencia y fue parte de la primera jura en la Facultad de Psicología de la UBA en tiempos de democracia. Se describe como una mujer curiosa desde siempre y nos relata que antes del paso por la Psicología se recibió de maestra jardinera. Su ingreso y participación en diversas áreas de la AEAPG también forman parte de esta entrevista. Respecto de la temática Adolescencias, que es el tema del presente número, Lili  nos dice: “Creo que las problemáticas son las mismas. Los cambios que hubo son los ropajes, algunas formas de transmitir la angustia. Considero que hoy es más trabajoso para nosotros, los psicoanalistas”. Los invitamos a conocerla un poco más.

La entrevista a Lili se realizó en su consultorio en el barrio de las Cañitas, en Palermo. Me recibió con la calidad humana que la caracteriza, la calidez, frescura, cordialidad y su infaltable sentido del humor.

En su consultorio se respira Psicoanálisis de niños, de adolescentes, de adultos, en todas sus líneas teóricas: Freud, Klein, Winnicott y Lacan. Su recorrido profesional fue paralelo a la conformación de su familia que, por esas “casualidades” de la vida, terminó siendo una familia de psicoanalistas que hoy, además, comparten el espacio del consultorio.

Y, como corresponde a una analista, comenzó historizando: “Yo fui la primera jura en democracia. Me recibí una semana después que asumió Alfonsín y juré a los meses”. Su carrera se extendió más de lo deseado porque, además de atravesar las contingencias que la vida le deparó en lo personal, era la época del proceso y la Facultad de Psicología estuvo cerrada.

Irma Isabella: Cuando te recibiste ¿ya sabías que querías ser psicoanalista?

Liliana Diament: Siempre fui una persona curiosa. En la escuela secundaria había tenido docentes interesantes y conocí algunos conceptos sobre la obra de Freud. Cuando terminé, decidí hacer el Profesorado de Jardín de infantes y me recibí de maestra jardinera. Durante la cursada nos daban textos de Piaget y también mucha bibliografía psicoanalítica por la que sentí mucha avidez por saber más sobre la teoría freudiana.

En mi adolescencia, unos amigos de mis padres tenían una hija psicoanalista: estaba fascinada con ella, lo que decía, la veía linda, pícara, estudiaba, tenía amigos —que yo consideraba especiales— todo era novedoso para mí. No entendía bien qué era, pero me generaba mucha curiosidad.

No me alcanzó con ser maestra jardinera. Le planteé a mi familia que quería ir a la facultad. Mis padres se sorprendieron y también se alegraron de que eligiera Psicología.

II: ¿Cuándo comenzaste a transitar por el análisis personal?

LD: Durante la carrera, comencé un análisis, en la década del 70, mientras estudiaba y, paralelamente, transcurría mi vida. Tuve la inquietud de saber por qué me sucedían las cosas. Primero, hice unos años de terapia grupal y luego, individual.

II: Ya casada con un psicoanalista lacaniano con una solida pertenencia a una institución con esa orientación ¿cómo fue que decidiste hacer tu formación en la Escuela de Psicoterapia?

LD: Durante la cursada me enteré que había una institución psicoanalítica donde la gente “hacia cola para entrar”. Me daba gracia y curiosidad; fue mi motor para elegirla.

En el 90, luego de que nacieran mis hijos, decidí estudiar de forma ordenada las teorías de Freud, Lacan, Klein. El resultado fue que en la Escuela no sólo estudié —y mucho— sino que también hice amigos que aún conservo. Finalizada mi formación, siempre tuve algún espacio para trabajar y desarrollarme como profesional: en las Áreas, Seminarios, en distintas Comisiones, en el Centro Rascovsky. 

Mi verdadero acercamiento al Psicoanálisis creo que fue a partir de mi ingreso a la Escuela de Psicoterapia. Durante la época del proceso, en la Facultad, no lo estudiábamos mucho.

Tenía claro que quería un espacio propio y no siento que las diferencias ideológicas entre nuestra Institución y la Escuela Freudiana de Buenos Aires (EFBA) sean una dificultad. Nuestra Escuela es pluralista y siempre reconoció los aportes de Lacan al Psicoanálisis. No fue un problema para mí participar de actividades en la EFBA.

La Asociación posibilita estudiar de manera sistemática y con profundidad la obra de Freud así como también la de Melanie Klein y la de Winnicott. Pese a esto, mi marido me hacía el chiste de que yo era lacaniana y no lo sabía.

Formé parte de grupos de investigación, estudio y trabajo donde participábamos colegas de diferentes líneas teóricas y con pertenencia a distintas instituciones. Con ellos escribimos un libro Cuando falta la palabra.[1]

Y, paralelamente, continúe desarrolando tareas en la Escuela de Psicoterapia: atendí al primer paciente niño del Centro Rascovsky.[2] Años después, fui coordinadora del Equipo de Niños. Actualmente soy la coordinadora en el Área de Niños y Adolescentes de la Asociación.

II: El tema que nos convoca este año en la Revista es la adolescencia. ¿Considerás que hay alguna diferencia entre los adolescentes que consultan hoy y los que consultaban hace años?

LD: Creo que las problemáticas son las mismas. Los cambios que hubo son los ropajes, algunas formas de transmitir la angustia. Considero que hoy es más trabajoso para nosotros, los psicoanalistas. Siempre hubo droga, anorexia, tatuajes, no tan visible o masificado como ahora, pero, en lo profundo, las cuestiones son iguales. Hay situaciones puntuales que hacen la diferencia en la comunicación y en la manera de vincularse, antes no existían las pantallas, las redes sociales.

Y sonó el timbre. Era un paciente. Dimos por finalizada nuestra entrevista.

Gracias, Liliana.

Notas al pie

[1] Diament, L., Díaz, G., Paola, D., Canda, C., Demirdyian, D., Restivo, F., y Storchi, A. (2013). Cuando Falta la palabra. O decir: presentaciones, interrupciones, homofonía. Buenos Aires: Filigrana.

[2] Centro de Investigación y Orientación Comunitaria Dr. Arnaldo Rascovsky

Acerca del autor

Liliana Diament

Liliana Diament

Irma Isabella

Irma Isabella

Comentarios

  1. Conoci a Lili como paciente durante muchos años aproximadamente 10, recuerdo su calidez y sentido del humor, con ella me terminé de enamorar en esta hermosa profesión, la psicología. Más allá de la teoría y el recorrido académico, la humanidad con la que te acompaña es impagable. Ayer la soñé y la abrazaba, hoy quiero decirle gracias, porque me devolvió un poco de vida y eso es imborrable.

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