ASOCIACIÓN ESCUELA ARGENTINA
DE PSICOTERAPIA PARA GRADUADOS
Revista "Psicoanálisis: ayer y hoy"- Nº3
Reportaje a Jean Laplanche1
por Oscar Sotolano
Esta
entrevista* fue
realizada cuando Jean Laplanche visitó Buenos Aires para participar de las
jornadas "El inconsciente y la clínica psicoanalítica: trabajar sus
fundamentos. Encuentro con Jean Laplanche" entre el 6 y el 10 de noviembre
de 1990. A lo largo del texto he agregado notas cuyas referencias se
encontrarán al final para evitar que se pierda la dinámica de la misma. A
través de ellas he tratado de dar al lector interesado algunas puntualizaciones
bibliográficas que le permitan precisar o ampliar los temas desarrollados por
Laplanche. Doy por bibliografía insoslayable y tácita: Vida
y muerte en psicoanálisis y el Diccionario de psicoanálisis. Esas
referencias no intentan abarcar la totalidad de lugares donde cada tema es
trabajado, no es un índice, tan sólo una propuesta ordenadora en una obra que,
como ocurre con la de Laplanche, se caracteriza porque sus temas son tomados y
retomados una y otra vez desde distintas perspectivas, en su propia dinámica de
trabajo.
Para
ampliar esta posibilidad ordenadora, luego de las notas, el lector encontrará
una lista de la bibliografía de J. Laplanche traducida al castellano a la que
he tenido acceso.
Oscar
Sotolano: Me parece congruente con el conjunto de su
pensamiento la afirmación de que la mejor manera de negar la identidad es negar
la historia. Por lo cual trataremos de situar esta entrevista entre dos
historias, la suya y la nuestra.
Para
muchos psicoanalistas argentinos, entre los cuales me encuentro, Vida y
muerte en psicoanálisis y el Diccionario de psicoanálisis (1) significaron no sólo
una apertura a una lectura distinta de la obra de Freud, sino también una
apertura a la lectura de la obra de Lacan. En este sentido, ¿cuál es el lugar
que hoy tiene para usted Lacan, tanto en lo personal como en lo teórico?
Jean
Laplanche: En principio responderé a la primera parte de lo
que usted dice. El Diccionario... tenía una importancia respecto al
pensamiento freudiano y también a ciertos conceptos lacanianos, no
constituyendo en sí mismo una apertura especial al pensamiento de Lacan.
También hay una apertura al pensamiento, particularmente al de Melanie Klein y
de algunos otros (2).
En cuanto a Vida y muerte..., ya se aparta claramente del pensamiento de
Lacan.
En
lo que respecta a mi posición frente a Lacan, yo fui analizado de Lacan, creo
que fui uno de sus amigos, y me mantuve amigo de Lacan a pesar de las
vicisitudes de la escisión, hasta el fin. Quiero decir, nunca nos enojamos ni
atacamos en el plano personal; tengo mucho respeto por él como persona, así
como por el valor de su pensamiento y su inteligencia innegable. Pienso que
Lacan tuvo una influencia estimulante para profundizar cuestiones teóricas del
psicoanálisis, pero él no fue el único que influyó en mí en este sentido de
profundización, ya que yo venía de la filosofía y tenía a otras personalidades
igualmente estimulantes. Citaré solamente a Jean Hyppolite, quien me estimuló
en la lectura de Hegel, y a Merleau-Ponty, quien era un gran maestro... también
a Bachelard.
O.
S.: ¿Usted es filósofo?
J.
L.: Yo soy filósofo de formación y origen. No hice
medicina hasta haber completado totalmente mis estudios de filosofía. Estudié
medicina para poder practicar el psicoanálisis y para poder abordar algunos
pacientes. Fue Lacan quien me incitó a hacer medicina, él era bastante
"promedical".
O.
S.: ¿"Promedical"?
J.
L.: Promedicina. Estaba muy a favor de la formación
médica, le daba mucha importancia; me incitó a hacer la carrera de medicina, lo
cual fue un cierto aporte, pero... en fin... yo pienso, un poco como Freud, que
la medicina es evitable para la práctica del psicoanálisis. Actualmente he tomado
una distancia considerable frente al pensamiento de Lacan.
Tomé
esta distancia tempranamente, incluso cuando yo estaba aún en la misma sociedad
que Lacan; quiero decir, a partir del Coloquio de Bonneval, marqué mis
diferencias en relación con su pensamiento. En esa época, estas diferencias
eran secundarias, en relación con el movimiento de vuelta a Freud que era
capital, pero éstas se agrandaron cada vez más, al punto que, si bien mis
posiciones no son hostiles a las de Lacan..., lo considero uno de los autores
psicoanalíticos que conviene hacer trabajar junto con otros.
O.
S.: Usted acaba de referirse al Coloquio de Bonneval.
Desde aquel Coloquio de 1960 usted puso en discusión la idea del inconsciente condición
del lenguaje en oposición al lenguaje condición del inconsciente. ¿Cuáles son
los aspectos centrales de esa diferenciación y cuál es para usted su
importancia actual?
J.
L.: Yo no creo que esto sea tan importante ahora. Por
cierto ya no planteo la cuestión en esos términos, que eran probablemente algo
polémicos y demasiado simétricos: inconsciente-condición del lenguaje,
lenguaje-condición del inconsciente. Pienso que lo esencial de mi posición en
Bonneval, la cual no he dejado de desarrollar desde ese momento, es por un lado
la necesidad de una concepción realista del inconsciente, y por otro la de una
discusión de los puntos de vista fenomenológicos que están todavía presentes en
el pensamiento psicoanalítico, aun cuando estén menos presentes en Argentina.
Pero, en fin, la corriente fenomenológica está todavía presente, y niega una
realidad del inconsciente discriminada. Pero además, por otra parte, desde
Bonneval, he indicado que, a mi parecer, la realidad del inconsciente no era la
de un lenguaje estructurado. Es entonces sobre este punto de oposición entre el
inconsciente y el lenguaje como estructura que me situé en relación a Lacan, ya
que, según pienso, la estructuración vendría del lado del consciente y de la
represión y no es desde el ángulo del lenguaje que el inconsciente estaría
estructurado (3).
O.
S.: ¿Es en este sentido que usted ha propuesto en
lugar de la fórmula "el inconsciente está estructurado como un
lenguaje" la del "inconsciente es 'como-un-lenguaje,
no-estructurado'"?
J.
L.: Sí, cuando yo digo "como un lenguaje",
lo que quiero decir es como un lenguaje, es decir, algo que puede tener que ver
con el lenguaje pero incluyendo en el lenguaje -esto lo demuestra Freud
constantemente- no solamente el lenguaje verbal sino todo tipo de significante,
todo tipo de comunicación no verbal. Lo que yo quiero decir con "no
estructurado" es que, precisamente, lo propio de la represión y del
inconsciente es destruir los lazos estructurados. Entonces el inconsciente,
como reprimido, es precisamente lo opuesto al lenguaje (4).
O.
S.: En esta línea de problemas... en su teoría de la
seducción generalizada, existe un concepto articulador a comprender, que es el
de significante enigmático: una conceptualización ampliada y reformulada de la
idea de seducción freudiana tal como usted la trabajara en Vida y muerte.
¿Cuál es el estatuto teórico que tiene para usted la palabra
"significante"?
J.
L.: Significante y enigmático. Bien, por significante
no digo otra cosa que lo que dice De Saussure, y lo que dice Freud, de hecho lo
que dice Lacan siguiendo a De Saussure, es decir, la parte material del
lenguaje. Es decir que el lenguaje en su materialidad se conjuga con un
significado dado, ya que no es necesario modificar las definiciones de De
Saussure. Si yo llamo a este significante enigmático, no es sino para decir
que, de un cierto modo, todo significante es enigmático, ya que todo
significante envía a una multiplicidad de significaciones, y su sentido no es
dado inmediatamente, sino dado por una red de relaciones; y, en consecuencia,
un significante dado en sí mismo, solo, es enigmático. Pero a lo que yo llamo
enigmático es algo bastante más preciso que esto: cuando digo que un
significante es enigmático, me refiero muy precisamente al descubrimiento
freudiano de las formaciones del inconsciente; es entonces en la medida en que
un significante es síntoma, que es formación de compromiso, que vehiculiza al
menos dos significaciones al mismo tiempo, una red de significaciones
conscientes y de significaciones inconscientes, es en esa medida que lo llamo
enigmático. ¿Por qué es enigmático? Es enigmático para aquellos que lo reciben,
pero lo esencial es que es enigmático para aquel que lo emite; si es enigmático
para un niño, es en principio porque es enigmático para el adulto, para el
adulto que lo emite. Al igual que el síntoma, ya que el síntoma para el adulto
es enigmático (5).
O.
S.: Su concepto de metábola, ¿se articula con el
significante enigmático?
J.
L.: Sí, el concepto de metábola es más extenso que el
de significante enigmático. Yo introduje el término "metábola" para
crear una categoría general que englobe a la vez metáfora y metonimia. A
diferencia de Lacan, yo no digo que la metáfora sea la única sustitución
significante, ya que hay dos tipos de sustitución significante, dos tipos de
traducción, dos tipos de simbolización, una simbolización por la vía de la
analogía y una simbolización por la vía de la contigüidad, es decir metáfora y
metonimia. El lazo entre los significantes (aquel que se sustituye a otro es el
significante primero) puede ser un lazo de analogía, o un lazo de contigüidad.
Entonces creé esta noción de metábola, como una categoría que engloba a la vez
a la metáfora y a la metonimia, las dos como modalidades de la sustitución
significante, y propuse este esquema un poco matemático para formalizar, si se
quiere, un modo fácil de retener el tipo de metábola que es la metábola
reprimente.
A
diferencia de la sustitución que no crea restos, la sustitución reprimente crea
un resto. Por eso ofrecí este esquema de la metábola, pero no es el esquema de
toda metábola, es el esquema de la metábola reprimente (6).
O.
S.: Aprovechando esta referencia suya a la
represión... Vida y muerte y el Diccionario fueron dos de los textos que nos
llevaron a prestarle especial atención a la temporalidad retroactiva, al après-coup,
a la importancia que tiene éste en la teoría freudiana de la represión en sus
dos tiempos. En su teoría de la represión originaria, usted retoma esta noción
de dos tiempos, pero no entre una represión originaria y otra propiamente
dicha, sino en el interior mismo de la represión originaria. ¿Cuál es la
relación entre estos dos tiempos de la represión originaria?, y ¿qué relación
tiene con la constitución del yo?
J.
L.: Su pregunta es bastante compleja. Yo pienso, en
efecto, que el esquema del après-coup opera tanto en el interior de la
represión originaria como entre los tiempos de la represión; es decir, entre la
represión originaria y la represión après-coup. En el interior de la
represión originaria se trata de la cosa obstruida. Pienso que en los primeros tiempos
de la represión originaria podemos decir esquemáticamente que el yo no existe.
El yo es simplemente el cuerpo, y las primeras inscripciones del significante
enigmático hay que concebirlas de un modo difícil de pensar, como inscripciones
sobre el cuerpo, de pensar en lugares que llegarán eventualmente a ser zonas
erógenas. Es solamente en un segundo tiempo, en el momento correlativo a la
formación del yo, que éste se vuelve el representante de los intereses del
cuerpo, es en este momento cuando se opera el primer intento de traducción, y
el primer intento de dominio de esos significantes enigmáticos implantados en
el cuerpo. Este intento de traducción, este intento de dominio, tiene como
resultado, evidentemente, una primera teorización, un primer dominio en el
sentido del yo, pero al mismo tiempo es la creación de un saldo, de un resto
que es el primer nudo del inconsciente, lo que denomino los
"objetos-fuente". Esto es un poco abstracto, y di una especie de
esquema en los Nuevos fundamentos, que sería el siguiente: (en este
momento el doctor Laplanche se levanta, busca el gráfico que se encuentra en la
página 136 de dicho texto -y que reproducimos aquí- y, en una actitud a través
de la cual la entrevista se impregna de su pasión por la enseñanza, sigue
diciendo mientras puntualiza en el gráfico):
Esto
sería el primer tiempo con una implantación en el yo cuerpo -ya que el yo no
existe- de la implantación de los significantes enigmáticos (a), y luego, en un
segundo tiempo, la creación del objeto fuente (b) (7).
O.
S.: La idea del yo en tanto proyección de la
superficie corporal, ¿tiene relación con el segundo momento?
J.
L.: Sí, absolutamente.
O.
S.: Como paréntesis, para después entrar en otros
temas, usted ha agrupado su enseñanza en la universidad de 1970 a 1984 en los
cinco tomos de sus Problemáticas. ¿Cuál es la razón de este agrupamiento?
¿Es una razón teórica, meramente editorial, o de alguna otra índole?
J.
L.: Es más una cuestión editorial que una cuestión
teórica. Simplemente no quería repetir tanto ciertas cosas. La mayor parte de
mis libros son enseñanzas. Vida y muerte es una serie de conferencias
que di en Montreal, en 1968. Me acuerdo bastante bien ya que, cuando volví de
Montreal, se escuchaban explosiones en la calle y era el comienzo de la
revuelta de 1968.
O.
S.: Lo que para usted también debe haber significado
un reencuentro con su pasado militante en la Resistencia.
J.
L.: Sí, pero estaba también muy comprometido con los
acontecimientos de 1968... aun cuando ahora pienso que había una gran parte de
ilusión.
O.
S.: Ya que llegamos a estas cuestiones... hay una
anécdota que leí en el libro de É. Roudinesco (8) relacionada con su vinculación con la
Resistencia francesa que me gustaría que comente.
J.
L.: Efectivamente, yo nunca tuve mis papeles de la
Resistencia, yo tenía un carné provisorio, la Resistencia nos había dado un
carné provisorio, un certificado de aquellos derechos que debían servirme luego
de obtener el carné definitivo; y entonces Lacan me dijo -yo terminaba en esa
época filosofía; y ya me había comprometido a comenzar medicina-: "Con su
actividad en la Resistencia, usted debe evitar el primer año de medicina, no
hacer el primer año de medicina", lo que llamamos el P.C.B., o sea física,
química y biología, que era el año preparatorio para medicina. Me dijo, "Deme
sus papeles de la Resistencia, conozco a alguien en la facultad de medicina, y
voy a tratar de que evite ese primer año". No pudo hacerme evitar ese
primer año, pero cuando fui a pedirle los papeles, usted sabe, la casa de Lacan
es como la de muchos intelectuales, estaban aquí o allá. Me dijo: "Voy a
encontrarlos", y nunca los encontró.
O.
S.: Y como usted comenta allí... perdió la resistencia.
J.
L.: Perdí la resistencia... Bueno, fue él quien la
perdió (risas).
O.
S.: Bueno, para ir entrando en otras cuestiones. Usted
ha acentuado constantemente la importancia específica de la sexualidad en
psicoanálisis, que siempre corre el riesgo de diluirse en una teoría general de
los vínculos, un interaccionalismo autoconservativo o una sexualidad tan
inespecífica que se confunde con una tendencia general a la unión. En este
punto, su énfasis en la relación por apuntalamiento entre autoconservación y
sexualidad es central en su trayectoria teórica (9). Desde el momento en que usted ubica la
pulsión de muerte como sexual de muerte, ¿qué relación tiene ésta con lo
autoconservativo y con el apuntalamiento?
J.
L.: Bueno, es muy vasto, creo que yo traté de decir en
mi segunda conferencia (10)
que, para mí, el apuntalamiento -hago aquí un juego de palabras- es un poco una
muleta del pensamiento freudiano. Es un concepto que exhumamos Pontalis y yo,
al cual di una gran importancia en Vida y muerte, pero tiendo cada vez
más a relativizar esta noción, diciendo que su verdad es la seducción, en el
sentido de que el apuntalamiento remite a una teoría endógena de la sexualidad,
una teoría de la emergencia de la sexualidad desde el interior, a partir de las
necesidades del cuerpo. Entonces, lo que podemos decir es que la pulsión de
muerte se opone tanto a la vida como a la autoconservación, es la sexualidad en
su aspecto más antivital (11).
O.
S.: En su última conferencia (12), cuando al hablar de la falsa vía del estructuralismo
binarista lo asoció con lo que llamó la curiosa teoría de la sexualidad
femenina, me sorprendí ante la expresión curiosa. ¿Por qué la llamó así? Y,
además, usted habló de una categoría tercera en la oposición realidad/fantasía
en relación con el tema de la sexualidad femenina. ¿Podría desarrollarlo?
J.
L.: Yo pienso que esta teoría de la sexualidad femenina
es curiosa, en el sentido de que finalmente está centrada sobre la sexualidad
masculina, está enteramente centrada sobre el problema de la castración, y que,
como dice Freud, finalmente el pasaje a la vagina se hace por una vuelta muy
complicada por el complejo de castración, por el deseo del pene, por el deseo
infantil. Por otro lado, desde el punto de vista fisiológico, por la contigüidad
entre el clítoris y la vagina, es, entonces, como lo veo yo, una teoría
absolutamente falocéntrica. Pienso que es en efecto muy curiosa, y usted sabe
que de entrada en el movimiento psicoanalítico hubo muchas discusiones
alrededor de este punto, junto con la discusión acerca del conocimiento o el no
conocimiento de la vagina en la niña (13).
Cuando digo que allí hay una hipoteca de la oposición fantasía/realidad, es que
esta discusión está centrada sobre un problema de percepción real: si la niña
percibe o no el hecho de que tiene una vagina. Si la niña percibe o no.
Realidad perceptiva, digamos. Esto se centra entonces en una problemática
extremadamente azarosa, una problemática perceptiva que no tiene en cuenta la
categoría del significante, es decir que la penetración, la existencia del
agujero, puede estar implicada en el significante enigmático.
O.
S.: Allí podemos entonces encontrar el sentido de lo
que usted decía acerca de la categoría tercera (14).
J.
L.: Sí, claro.
O.
S.: Y cuando se refiere al conocimiento inconsciente
de la vagina, ¿qué problemas relaciona con esta categoría tercera?
J.
L.: Lo que quiero decir es que es notable que en el pensamiento
de Freud esté por un lado el pene, la persona que tiene el pene, y que por otra
parte la castración que produce una herida no produzca sin embargo el agujero.
Mientras que el pensamiento freudiano asimila corrientemente la herida con el
agujero. Pienso que la categoría de agujero, es decir la categoría de la
penetración, es un significante en parte entero, y no simplemente el negativo
del pene. Me acuerdo que yo hice en relación con esto una alusión muy precisa
en mi problemática acerca de la castración y simbolizaciones, donde me apoyo
sobre lo que dice, por ejemplo, Leroi-Gourham acerca de la pintura prehistórica
(15): la figuración
del agujero y la figuración de la vulva es completamente distinta de la
figuración de una castración.
O.
S.: En sus seminarios acerca de la castración, usted
discutía la concepción de Stoller...
J.
L.: Yo creo que hay una gran confusión en el
pensamiento de Stoller... pero me sería complejo responderle sobre ese punto (16).
O.
S.: Allí usted trabajó los conceptos de diferencia y
diversidad...
J.
L.: Sí, es en principio una oposición de lecturas de
Freud, en el sentido de que podemos encontrar muy claramente el uso Unterschied,
es decir diferencia, y Verschiedenheit, que es la diversidad. Freud
habla de la diferencia de los sexos justamente en el marco de una lógica
binaria en la cual Unterschied es falo o no falo; por el contrario, la
idea de Verschiedenheit abre sobre una diversidad; es decir que la Verschiedenheit
puede producirse entre dos términos pero también entre tres o más términos.
Tomo los colores, considere que tiene el blanco, el verde, el rojo, el azul, es
Verschiedenheit. Por el contrario, si usted utiliza una clasificación
binaria, que existe, por otra parte, desde que el mundo es mundo, desde el
tiempo de Platón, usted diría, hay verde y no verde, esto sería entonces Unterschied.
Efectivamente, la lógica de la diferencia es a la vez la lógica castratoria y
la lógica binaria de nuestras computadoras. Creo que es muy importante notar
esto, ya que precisamente es el complejo de castración lo que nos permitió el
acceso a la lógica binaria y a los desarrollos que conocemos de la civilización
de las computadoras. Pero pienso que es una restricción desde el punto de vista
de las posibilidades del pensamiento de una concepción extremadamente fecunda,
ya que canaliza el pensamiento en una lógica + / -.
Tome
un disco: el modo analógico y el modo digital de reproducción de la música; el
modo analógico no trabaja por más-menos, trabaja con todas las variaciones de
sonidos posibles; por el contrario, el modo digital, es decir, la forma de
reproducción que conocemos ahora, lleva todo sonido a una diferencia de
más-menos. Evidentemente, para nuestro oído es tan fino que, aunque estemos en
el más-menos, llegamos a recibir algo aún más fiel. La reproducción moderna por
medios digitales reduce todo sonido a oposiciones extremadamente finas de
presencia y de ausencia; esta diferenciación en la reproducción digital es tan
fina que nuestro oído encuentra, por el contrario, más fiel la reproducción
digital que la reproducción analógica (17).
O.
S.: Para retomar más directamente el tema de la
sexualidad femenina, usted formula que la teoría de la seducción generalizada
implica un replanteo del par actividad-pasividad: desde el momento en que la
pasividad es el referente inevitable de la sexualidad femenina desde los
primeros trabajos de Freud, ¿cómo se ubica la teoría de la seducción generalizada
en esta conceptualización?
J.
L.: Podemos decir que la sexualidad femenina continúa
de un cierto modo lo que es propio de toda sexualidad infantil, es decir,
justamente, un primer tiempo de pasividad. Se puede incluso imaginar que, a la
inversa de lo que piensa Freud, la sexualidad masculina se desarrolla sobre la
base de una pasividad, es decir, de una feminidad, si se quiere. Algo que da
luego nacimiento a la feminidad es la pasividad primaria en el niño, que se
desarrolla muy naturalmente en la mujer; es lo que a continuación se da vuelta,
tornándose actividad en los varones.
O.
S.: En este sentido usted plantea el pecho como zona
erógena en el interior de la seducción y lo coloca en un lugar particularmente
importante en relación con la sexualidad femenina, ¿no es así?
J.
L.: Sí, yo lo ubico esencialmente en un lugar
importante en la relación de seducción infantil. La persona que le dio un lugar
importante en la evolución de la sexualidad femenina sería más bien mi alumna
Jacqueline Lanouzière. En su próximo libro, este desarrollo está presente. La
indicación más importante que yo le di, y de la que ella partió, es ese famoso
extraordinario déficit: el hecho de que en el conjunto de la literatura
analítica aparezca el pecho de la madre despojado de su condición de zona
erógena. Me parece extraordinario que podamos tener miles de obras
psicoanalíticas, y millones de referencias al pecho en esta literatura, y que
se cuenten con los dedos de la mano las referencias al pecho de la madre como
zona erógena. En Freud no tenemos jamás el pecho como zona erógena; en Klein,
el pecho es un objeto privilegiado, todo lo que se quiera, pero no que el pecho
podría brindar placer a quien lo da. Me parece algo tan enorme y que debe ser
dicho más de diez veces... ya que no ha sido dicho en millones de ocasiones... (18)
O.
S.: Nuestra época plantea nuevos problemas éticos a
todas las ciencias: niños de madres biológicas sólo portadoras, la reproducción
en laboratorios, la ingeniería genética, plantean enigmas a la teoría clásica
del Edipo, al posicionamiento de los hombres y las mujeres. ¿Cuáles piensa que
pueden ser las incidencias de estos fenómenos en el psicoanálisis?
J.
L.: Pienso que puede ser de una incidencia enorme,
pero estamos en un estado en el que no podemos decir mucho más. Si no, entramos
en ciencia-ficción. La ciencia-ficción está en nuestra puerta, las
imaginaciones de H. G. Wells, por ejemplo, se realizan aún diez veces más. Todo
lo que puedo decir es que la estructura misma de la generación es un
interrogante. Los seres humanos, a pesar de sus imperativos éticos, a pesar de
sus protestas, deberán aceptar algo que se produce en todas partes, de forma
continua ya en la generación de nuevos seres. Aquí hay algo contra lo cual no
es suficiente el protestar. Ya no me acuerdo del autor, es el escrito de un
autor que mira desde el punto de vista del psicoanálisis este tipo de cambios
biológicos. Pero no basta con ponerse en guardia frente a acontecimientos tan
considerables. Es como la bomba atómica, no basta con disimularla, al igual que
no basta disimular los efectos de la manipulación genética. No puedo decir más,
pero la moral que se pueda tener frente a esto me parece completamente
ilusoria.
O.
S.: Para terminar. Todo pensamiento creativo y
productivo parece siempre acompañado del riesgo de la pasteurización, mucho más
hoy en día en que la aceleración del mensaje que domina la información hace que
todo mensaje sea cada vez más pobre.
Vimos,
después de Freud, un freudismo sin pasión; después de Klein, una reiteración
simplificada y reificada de las fantasías más arcaicas; después de Lacan,
algunas variantes de lacanismo formulista... Sin pretender ubicar una
jerarquía, ni una cronología, ¿cree usted que sea posible evitar que el
pensamiento de Laplanche se confunda con un laplanchismo? Después de todo, la
experiencia clínica nos muestra que un insight hoy... será una
resistencia mañana.
J.
L.: Bueno, evidentemente sería absolutamente presuntuoso
de mi parte decir lo que usted dice. A pesar de todo no creo que mañana suceda
lo que usted llama el laplanchismo. Los trabajos de algunos de mis alumnos son
promisorios, y se verá, en fin, dentro de algunas décadas. Pero hay aún, creo
yo, una posibilidad productiva: el modo en que incito a aquellos que me siguen
a trabajar. Es, de todos modos, un antídoto fundamental contra la
ideologización.
O.
S.: Finalmente, ¿cree que esto será posible?
J.
L.: Creo que el único antídoto posible contra la
ideologización es el trabajo y la profundización.
O.
S.: Doctor Laplanche, muchas gracias.
Notas:
(1)
Mantengo la traducción de Diccionario de psicoanálisis tal cual ha sido
editada en castellano, aun cuando ésta se aleja del original francés Vocabulaire
en lo que hace al espíritu que para Laplanche y Pontalis tuvo ese trabajo. No
intenta ser un diccionario donde se definan de manera precisa y cerrada los
conceptos psicoanalíticos, sino, por el contrario, un recorrido exhaustivo por
ellos para ponerlos a trabajar.
(2)
Destino particular el de este Diccionario. Aun cuando no haya sido
pensado como un texto de apertura a Lacan (fue promovido por Lagache en 1958 a
partir de un proyecto de la UNESCO, y discutido con él durante toda su
elaboración) fue, más allá de la polémica de los protagonistas, un texto
involuntariamente promotor de su lectura o ineludible en su lectura; y no sólo
entre nosotros, sino también en Francia misma. Al respecto, É. Roudinesco
comenta: "El Vocabulaire se define estrictamente freudiano, y en ese mismo
freudismo está largamente inspirado por la refundición lacaniana. (...) A Lacan
le gustaba decirse freudiano, y que sus alumnos fueran lacanianos. Y cuando
éstos se alejan de él (se refiere a Laplanche y Pontalis) son considerados
entonces traidores a una causa cuyo nombre se ignoraba. El diktat contra
el Vocabulaire no impedirá a generaciones de lacanianos que compren el
libro y lo utilicen de todas maneras en su trabajo. Así va la historia..."
(É. Roudinesco, La bataille de cent ans, t. 2., París, Seuil,
1986, pág. 326).
(3)
El Coloquio de Bonneval, llevado a cabo en 1960 en el servicio de Henri Ey y
bajo su dirección, giró sobre el tema "El inconsciente". La totalidad
de ponencias y discusiones fue publicada en castellano en 1970 (Henri Ey
(comp.), El inconsciente, México, Siglo XXI, 1970). Una de aquellas
ponencias es la que bajo el título "El inconsciente: un estudio
psicoanalítico" presentaran J. Laplanche y Serge Leclaire, y a cuyo texto
J. Laplanche alude aquí. El mismo texto se encuentra también editado en El
inconsciente freudiano y el psicoanálisis francés contemporáneo, Buenos
Aires, Nueva Visión 1976; y en Problemáticas IV, Buenos Aires,
Amorrortu, 1987. En la edición del Coloquio se encuentra una introducción hecha
a su publicación en francés en 1965 por Laplanche que empieza a definir
claramente su distanciamiento de Lacan.
(4)
Este tema se encuentra trabajado en "La referencia al inconsciente",
en Problemáticas IV; en Problemáticas V, págs. 132-142 y 232; y
en Nuevos fundamentos para el psicoanálisis, págs. 53-54 y 61, Buenos
Aires, Amorrortu, 1989. Para indicar algunos hitos de este debate desde
Bonneval y desde el punto de vista de Lacan, véase: a) el prólogo de Lacan a Lacan
de Anika R. Lemaire, págs. 9-21, Barcelona, Edhasa, 1971; b) "Posición del
Inconsciente", en Escritos 2, México, Siglo XXI, 1975, pág. 365; c)
hay una referencia a esta discusión en El Seminario. Libro 17, El reverso
del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, pág. 42; d) con relación al estilo
que en algún momento tomó el debate véase "La Ciencia y la Verdad", Lectura
estructuralista de Freud, México, Siglo XXI, 1971, pág. 340.
(5)
Problemáticas V, págs. 133, 281 y 300; y Nuevos fundamentos para el
psicoanálisis, págs. 128-130.
(6)
Problemáticas III, pág. 232; Problemáticas IV, págs. 130 y sigs.;
Nuevos fundamentos para el psicoanálisis, pág. 133.
(7)
Nuevos fundamentos para el psicoanálisis, págs. 131-137.
(8)
É. Roudinesco, La bataille de cent ans, t. 2, pág. 299.
(9)
Problemáticas I, pág. 213; Problemáticas III, "Para situar
la sublimación"; Problemáticas IV, págs. 202-203; Problemáticas
V, págs. 93, 158 y sigs.; Nuevos fundamentos..., págs. 76 y 144.
(10)
Trabajo del Psicoanálisis, Nº 11-12, pág. 158.
(11)
Problemáticas IV, págs. 214 y sigs.; Nuevos fundamentos..., pág.
146; Pulsión de muerte, Buenos Aires, Amorrortu, 1989.
(12)
En este tema aludo a la conferencia "Hitos para el trabajo
analítico", Trabajo del Psicoanálisis, Nº 11-12.
(13)
Problemáticas II. Castración. Simbolizaciones.
(14)
Trabajo del Psicoanálisis, Nº 11-12, pág. 272.
(15)
Problemáticas II, pág. 203.
(16)
Problemáticas II, págs. 43, 53 y 165; Problemáticas III, págs.
110-111.
(17)
Problemáticas I, pág. 236; Problemáticas II, págs. 56 y sigs.
(18)
Problemáticas III, págs. 73 y 97.
BIBLIOGRAFÍA
DE J. LAPLANCHE EN CASTELLANO
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Nueva Visión, 1976; también en Problemáticas IV, Buenos Aires,
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( en colab. con J.-B. Pontalis): Fantasía originaria, fantasía de los
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l'Université" (Informe introductorio al Coloquio organizado por la UER de
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—: La sexualidad, Buenos Aires, Nueva Visión, 1984. (En francés,
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París, 1969-1970. Edición no corregida por el autor.)
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—: Problemáticas l. La angustia, Buenos Aires, Amorrortu, 1988. (En
francés, Problematiques 1. L'angoisse, París, PUF, 1980. Abarca
seminarios del período 1970-1973.) En castellano, el capítulo 1 de las Problemáticas
I apareció bajo el título La angustia en la neurosis, Buenos Aires,
Nueva Visión, 1979, traducidas del Bulletin de Psychologie, t. XXIV, nº
289-290-292-293, París, 1970-1971.)
14)
—: Problemáticas II. Castración. Simbolizaciones, Buenos Aires,
Amorrortu, 1988. (En francés, Problematiques II. Castration. Symbolizations, París, PUF, 1983. Abarca seminarios
del período 1973-1975.)
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—: Problemáticas III. La sublimación, Buenos Aires, Amorrortu, 1987. (En
francés, Problematiques III. La sublimation, París, PUF, 1980. Abarca
seminarios del período 1975-1977.)
16)
—: Problemáticas IV. El inconciente y el ello, Buenos Aires, Amorrortu,
1987. (En francés, Problematiques IV. L'inconscient et le Ca, París,
PUF, 1981. Abarca seminarios del período 1977-1979.)
17)
—: Problemáticas V. La cubeta. Trascendencia de la transferencia, Buenos
Aires, Amorrortu, 1990. (En francés, Problematiques V. Le baquet.
Trascendence du transfert, París, PUF, 1987. Abarca seminarios de los
períodos 1979-1981 y 1983-1984.)
18)
—: "La pulsión de muerte en la teoría de la pulsión sexual", en AA.
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presentado en el Primer Simposio de la Federación Europea de Psicoanálisis,
Marsella, 1984.)
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Buenos Aires, Amorrortu, 1989. (En francés, Nouveaux fondements pour la
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—: "El estructuralismo, ¿sí o no?", Trabajo del psicoanálisis,
vol. 1, 1981. (Conferencia pronunciada el día 25 de febrero de 1981 en el
Instituto Francés de América Latina, México.)
21)
—: "El psicoanalista y su cubeta", Trabajo del psicoanálisis,
vol. 1, nº 2, 1982. (Conferencia pronunciada en la Facultad de Psicología de la
UNAM el 27 de febrero de 1981, México.)
22)
—: "¿Hay que quemar Melanie Klein?", Trabajo del psicoanálisis,
vol. 1, nº 3, 1982. (Conferencia pronunciada en la Facultad de Psicología de la
UNAM el 23 de febrero de 1981, México.)
23)
—: "El inconsciente y el ello", Trabajo del psicoanálisis,
vol. 2, nº 4, 1982. (Seminario realizado en la Facultad de Psicología de la UNAM
el 24 de febrero de 1981, México.)
24)
—: "El psicoanálisis: ¿historia o arqueología?", Trabajo del
psicoanálisis, vol. 2 nº 5, 1983. (Conferencia pronunciada en octubre de
1981 en el Centro Beaunois d'Etudes Historiques, Beaune, Francia.)
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—: "Reinterpretar Melanie Klein", Trabajo del psicoanálisis,
vol. 2, nº 6, 1983. (Seminario llevado a cabo el día 27 de febrero de 1981 en
la Universidad Autónoma de México.)
26)
—: "Reparación y retribución penales: una perspectiva
psicoanalítica", Trabajo del psicoanálisis, vol. 3, nº 7, 1984.
(Conferencia pronunciada el 2 de febrero de 1982, en el marco del seminario
titulado "Retribución penal y reparación civil".)
27)—:
"Los dos dualismos pulsionales", Trabajo del psicoanálisis,
vol. 3, nº 8, 1986. (Seminario realizado en la Facultad de Psicología de la
UNAM el 25 de febrero de 1981 México.)
28)
—: "De la teoría de la seducción restringida a la teoría de la seducción
generalizada", Trabajo del psicoanálisis, vol. 3, nº 9, 1988.
29)
—: "Duelo y temporalidad", Trabajo del psicoanálisis, vol. 4,
nº 10, 1990. (Conferencia pronunciada en el Encuentro "El inconsciente y
la clínica psicoanalítica a 50 años de la muerte de Freud", realizado en
México los días 17, 18 y 19 de febrero de 1989.)
30)
—: "Algunas falsas vías del freudismo", Trabajo del psicoanálisis,
vol. 4, nº 11-12, 1991. (Segunda conferencia pronunciada en las jornadas
"Encuentro con J. Laplanche. El inconsciente y la clínica psicoanalítica:
trabajar sus fundamentos" realizadas en Buenos Aires del 6 al 10 de
noviembre de 1990.)
31)
—: "Hitos para el trabajo analítico", Trabajo del psicoanálisis,
vol. 4, nº 11-12,1991. (Tercera conferencia pronunciada en las jornadas
"Encuentro con J. Laplanche...".)
32)
—: "La interpretación, entre el determinismo y la hermenéutica: una nueva
posición sobre la cuestión", Trabajo del psicoanálisis, vol. 5, nº
13, 1992. (Conferencia dada en la SPP el 15 de enero de 1991.)
33)
Reportajes de Fernando Urribarri en Zona Erógena, nº 4 y 10.
DESCRIPTORES:
APRÈS-COUP / INCONSCIENTE / LENGUAJE / METÁBOLA / REPRESIÓN
ORIGINARIA / SEXUALIDAD FEMENINA / SIGNIFICANTE / YO
Resumen
En
el curso de esta entrevista, J. Laplanche desarrolla algunos de los puntos
centrales de su pensamiento. Comienza trazando una historia teórica y personal
de su relación con Lacan desde el Coloquio de Bonneval. Así es como precisa su
manera de concebir el inconsciente y su articulación con el lenguaje, el
estatuto que le otorga al significante y sus desarrollos acerca del
significante enigmático.
Tras
un paréntesis por una anécdota de su análisis con Lacan, comienza a plantear su
forma de entender el problema de la diferencia sexual anatómica en su relación
con el falo y la castración. Así puntualiza el tema de la diversidad y la
diferencia, para luego profundizar su pensamiento acerca de la sexualidad
femenina; en particular, su jerarquización del pecho como zona erógena. Culmina
reflexionando sobre los destinos del psicoanálisis frente a los desafíos de la
biología o la ingeniería genética y acerca de las posibilidades de su propia
enseñanza.
En
forma de notas O. Sotolano ha agregado, para orientar al lector interesado, un
conjunto de referencias bibliográficas que permiten encontrar los textos en los
cuales Laplanche profundiza cada uno de los temas tratados: así como también
una lista de la bibliografía de Laplanche traducida al castellano.
1
Reportaje publicado en la Revista Asociación Escuela
Argentina de Psicoterapia para Graduados, Nº 18, 1992.
*Traducción de la desgrabación de la entrevista a cargo de Marina Calvo.
© Esta publicación es propiedad de la
Asociación Escuela Argentina
de Psicoterapia para Graduados
(CDHA1425) Julián Alvarez
1933- Ciudad de Buenos Aires- Argentina
Tel:
(54-11) 4866-1602
email:
psiayeryhoy@elpsicoanalisis.org.ar